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Domingo 10 de Abril de 2011 - 15:02 hs

Las empresas que más sufren el dólar barato

Call centers, textiles, calzado y la producción de software son algunos de los sectores afectados por el retraso del tipo de cambio.

Alta inflación, dólar quieto, economía y salarios en ascenso. El escenario actual no es nuevo, pero son varios los sectores afectados por la pérdida de competitividad y la apreciación de peso. El caso más complejo son los call centers, una industria que el año pasado perdió alrededor de 15.000 puestos de trabajo. Pero otros negocios, como la construcción, el software, textiles y automotrices, entre otros, deben resignar parte de su rentabilidad y están obligados a reconvertir sus modelos de negocio a la espera de mejores tiempos.

La encrucijada actual, resume la economista Marina Dal Poggetto, se explica en números: mientras el dólar aumenta un 5%, los salarios crecen al 25% y la inflación, a más del 20%. Esto, para las empresas que exportan, implica mayores costos con ingresos fijos. "Salvo el sector agrícola y el minero, que son altamente competitivos, casi todos los productores de bienes están perjudicados. Los sectores más sensibles son juguetes, textiles y calzados y muchos subsisten por las trabas a las importaciones", grafica Mariano Lamotte, de la consultora abeceb.com.

Desde los call centers advierten que el deterioro comenzó hace un par de años, pero en 2010 la situación se agudizó. ¿La razón? "Exportamos el 95% de los servicios con precios que no podemos subir.

Con el dólar clavado y los costos de la mano de obra que aumentan entre el 25 y 30%, estamos perdiendo contratos", describe Martín Sucari, CEO de Teletech, de capitales americanos. La compañía, en sólo un año, pasó de tener 5.000 a 4.000 empleados.

El sector, hoy, está obligado a concentrarse en el mercado local, donde los márgenes de ganancia son menores. Algunas empresas, incluso, analizan mudar sus operaciones a otros países de la región.
Javier Serafini, titular de Cat Technologies, dice que la industria de los call centers es una industria con rueditas. "Para una empresa global, es muy fácil desmontar una operación y montarla en otro lado", dijo el ejecutivo.

Serafini explica que hace tres años, la mitad de sus clientes eran del exterior. "Hoy, el 95% son clientes locales, y apenas 5% son contratos del exterior debido a la pérdida de competitividad". Mario Miccelli, representante de los call centers en la Cámara de Comercio, indica que sólo en el primer semestre de 2010 se perdieron 8.000 empleos en el sector. "Y se calcula que cada empleo representa unos US$30.000 de facturación", se lamentó el directivo.

Aunque sin tanto dramatismo, el impacto del dólar barato se hace sentir en otros sectores. La industria automotriz, ejemplifica Dal Poggetto, achica márgenes, pero compensa con mayores ventas la pérdida de rentabilidad. Para decirlo más claro, el precio de los autos suben muy por debajo de los salarios. En la construcción pasa lo mismo: los constructores no pueden trasladar a los precios (dolarizados) la suba de costos.

Ignacio Mel, director de la inmobiliaria Raúl Mel, explicó a iEco que la rentabilidad bajó no sólo por la suba de insumos y la mano de obra. "Los costos de los terrenos en Capital aumentaron mucho y, además, ya no hay tanta desesperación", observó. Esto no implica un freno al boom del ladrillo, pero los inversores hoy apuestan a las viviendas de alta gama para mantener los márgenes de rentabilidad.

Algo similar, modificar el foco de los negocios, ocurre en el singular mundillo del software. El modelo software factory ­basado en la venta al exterior de horas de programación a bajo costo­ "está sacando la lengua", dice Javier Otaegui, CEO de Sabarasa, una firma enfocada en la producción de videojuegos. "La producción de baja sofisticación se volvió muy cara en la Argentina", añade el ejecutivo.

Producir software a pedido, principalmente desde el exterior, permitió a la industria criolla fortalecerse y posicionarse en el mundo.

De hecho, EDS y la francesa Gameloft, entre otras, aprovecharon esa ventaja (además de la calidad de la mano de obra) para radicarse en el país. El dólar planchado cambió el panorama. "Hoy no se puede competir por costos sino por calidad", grafica Otaegui.

La mayoría de las empresas del sector tienen margen de maniobra, pero no todos pueden. Gameloft es un caso. El gigante de los videojuegos se instaló en el país y llegó a contratar 400 empleados. El año pasado cerró sus oficinas de Córdoba (inauguradas en 2007) y redujo su plantel a 300 personas, según reveló tiempo atrás una fuente de la empresa.

Se trata, en definitiva, de un proceso de deterioro, que acompaña la caída de la divisa norteamericana. Aunque nadie prevé un escenario de catástrofe, las luces amarillas titilan en muchas empresas. Y es curioso que eso ocurra entre las marcas de motos, uno de los negocios más promisorios para 2011. Gustavo Ogura, gerente general de Honda, advierte que la producción local, hoy, es competitiva contra la brasileña. "El problema es competir contra China", dijo.

Frente a esta situación y para proteger a ciertos sectores, como el calzado, el Gobierno aplicó trabas a las importaciones, pero eso parece un parche. Julián Cantero, dueño de la marca Pepe Cantero, dijo que "eso balancea la mayor demanda en el mercado interno, pero hoy la mano de obra, que es escasa, es lo que hace subir los precios".

Fuente: Clarín