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El fiscal Patricio Lugones ordenó que la Gendarmería Nacional se encargue de las investigaciones por la muerte del hincha de San Lorenzo Ramón Aramayo, ocurrida en un confuso episodio antes del partido con
Vélez, por el cual la esposa de la víctima denunció a la Policía Federal.

Según se supo hoy en medios judiciales, la decisión tiene carácter "preventivo", ya que no está aún determinado cómo se produjo la muerte de Aramayo.

Todo es a partir del testimonio de Mabel, esposa del hincha fallecido, quien se basó en los relatos de otros simpatizantes que lo habían acompañado a la cancha.

La Policía reconoció -a través de su vocero- que el simpatizante pasó por un cacheo, "se asustó, corrió, se sentó en un cordón y cayó desmayado".

Pero según la esposa del hincha, "le pegaron" y cuando cayó tendido en el piso, lo dejaron allí, a la espera de la llegada de la ambulancia.

El fiscal Lugones espera para las próximas horas el informe de la autopsia a la que fueron sometidos desde las 7:00 de hoy los restos de Aramayo en dependencias del Cuerpo Médico Forense.

Hasta ahora, la fiscalía cuenta con una versión policial que admite el forcejeo en el cacheo, según la cual Aramayo habría continuado su marcha "con lesiones, pero sin pérdida de conocimiento" hasta llegar a la calle Barragán al 200, donde cayó muerto.

Hinchas que pasaron por la zona, -donde se encuentra un importante albergue transitorio y la cabecera de la línea de colectivos 99- dijeron haber apreciado una enorme mancha de sangre en el piso.

De todas maneras, no se conoce exactamente si corresponde al hincha, a otros heridos o bien a un equino de la Policía Federal, que habría resultado sacrificado durante los incidentes.

Es que una de las versiones da cuenta de que los agentes de la Policía Montada cargaron contra los hinchas y uno de los que cayó fue Aramayo.

Entonces, en venganza, descontrolados parciales visitantes atacaron al animal y le provocaron la muerte.

La barbarie se extendió ayer por la tarde desde la calle Irigoyen hasta la avenida General Paz, por donde llegaron los ómnibus con los hinchas de San Lorenzo.

Extrañamente bajaron a la altura de Juan B. Justo, cuando todas las parcialidades visitantes entran por Rivadavia, incluso las de All Boys y Argentinos Juniors, procedentes de la zona norte de la Capital.

Por la zona de Bacacay e Irigoyen, los vecinos alertaban de pedreas e incidentes que se habían producido justo en ese punto, que es por donde acceden habitualmente los locales.

Antes del partido, esa zona se transformó en una vía de circulación rápida para patrulleros y ambulancias, dada la proximidad del Hospital Vélez Sarsfield.