La fiebre sabalera por la final de la Copa Sudamericana no para y hace días que miles de hinchas hacen eternas filas -que en algunos momentos llegan hasta el Puente Carretero- para poder retirar su entrada y estar ahí, en Asunción, el 9 de noviembre, cuando Colón juegue el partido más importante de su historia.
Perderse semejante evento no es opción para ninguno de los hinchas que, de una forma u otra, hicieron lo posible por tener su ticket. Algunos vendieron hasta lo más insólito para juntar los dichosos 170 reales que cuesta la entrada a la final (y ni hablemos de la conversión a pesos argentinos), y otros con más suerte recibieron casi un regalo del cielo.
Es el caso de Cristian Baumgartner, un sabalero de Helvecia que, durante la larga espera, contó su singular historia a través del móvil de LT10.
Su pasión por Colón es tan grande que logró que un amigo le compre la entrada para estar en la cancha de Cerro Porteño. Pero no es cualquier amigo: Massimo Lupi es un italiano de Nápoles y hace un año trabaja con Cristian. Y si hay algo que argentinos e italianos comparten por igual es el amor por el fútbol.
El italiano y el helveciano "pegaron onda", y, como ambos son muy futboleros, Cristian no dudó e invitó a Massimo a vivir un partido en el Cementerio de Elefantes. "Él me compartió su pasión por este equipo, me llevó al Centenario, es una locura. Es una emoción ver toda esta gente", dijo el tano.
Parece que, entre papelitos y canciones de cancha, el napolitano se sintió "como en casa" así que cuando tuvo la posibilidad, no lo dudó y decidió regalarle a este colonista de toda la vida una entrada al partido de sus sueños.
Sólo el pitazo del árbitro en Paraguay definirá el final de esta historia, pero gracias a Massimo (que verá el cotejo en Santa Fe), Cristian puede ser uno de los más de 30 mil protagonistas del otro show, el más colorido, el de la alegría y el fervor rojinegro en las tribunas de La Nueva Olla.