La felicidad no siempre parece fácil de conseguir, a veces se necesita un cambio en la manera de ver y de afrontar la vida e, incluso, una transformación de las expectativas sobre la felicidad. Por eso y para saber por donde andamos, te recomendamos chequear estas reglas:
1. Practica ejercicio. Numerosos estudios y profesionales confirman que hacer ejercicio durante, al menos, 30 minutos al día es ideal para que el cerebro produzca endorfinas y, no sólo mejore el estado de ánimo, sino también se perciba la vida de una manera más positiva.
2. Perdónate los fracasos. Al igual que hay emociones positivas (alegría, felicidad, etc.), también las hay negativas y forman parte de la vida. Aceptarlas ayuda a disfrutar de la alegría y el optimismo, pues se trata de reconocer el derecho a ser humano y aprender a perdonarse las propias equivocaciones. De esta forma se pueden evitar trastornos como la ansiedad o la baja autoestima.
3. Practica la meditación. Hacer de forma continuada ejercicios de meditación favorece la manera de afrontar y superar con mayor fortaleza las adversidades de la vida y de ser uno mismo bajo cualquier acontecimiento. Además, esta práctica resulta idónea para llevar los pensamientos hacia el lado positivo.
4. Rodéate de gente positiva. La felicidad puede ser contagiosa, por lo que, estar en contacto con personas que tengan una actitud positiva, sean entusiastas y transmitan felicidad y energía tiene un efecto muy positivo en tu bienestar.
5. Cuida tu alimentación. Todo lo que comes tiene un impacto en tu estado de ánimo, por ello, haz siempre las 5 comidas del día y escoge cuidadosamente alimentos saludables que te proporcionen todos los nutrientes que tu cuerpo necesita y que te hagan más feliz.
6. No vaticines lo que sucederá. Hacer suposiciones sobre algo que todavía no ha tenido lugar es sufrir gratuitamente, por lo que, anticiparse a los hechos y ocupar la mente con vagas hipótesis no tiene ningún sentido. Vive el aquí y ahora, el presente, y disfruta de cada momento que vivas.
7. Sé agradecido/a. Siéntete agradecido/a de tener lo que tienes en todo momento y exprésalo. La mayoría piensa que “lo bueno” viene dado y que siempre va a estar ahí, pero es cierto que hay que valorarlo y sentirse afortunado de tenerlo. Agradece tener una familia, un trabajo, poder viajar, aunque sólo sea de vez en cuando, estar rodeado/a de buenas personas, aprender de todas las experiencias y, sobre todo, agradece el estar en el mundo para seguir creciendo como persona.