Más allá del dolor de perder la final de la Copa Libertadores ante Gremio, Lanús fue un digno subcampeón que dejó en el camino a rivales de fuste como River, San Lorenzo y Nacional de Montevideo, para alcanzar el mayor galardón deportivo en sus 102 años de historia.
Y el aplauso del final, con toda la parcialidad local agradeciendo al plantel "granate" por la campaña en el máximo torneo continental, es la síntesis de que aún en el sinsabor de la derrota se puede sentir satisfacción por haberlo dejado todo.
De aquellos comienzos impulsados por un grupo de pioneros vecinos de lo que era Villa General Paz -hoy Lanús Este-, en la búsqueda de contar con un sitio donde practicar deportes en su propio barrio, pasó más de un siglo para alcanzar este sólido presente.
Ese surgimiento inspiró a la creación del eslogan de los últimos años "el club de barrio más grande del mundo", en directa relación al sentido de pertenencia que se le brindó a la institución dentro de la comunidad, desde sus raíces.
Su crecimiento se inició con su primer presidente Miguel Usaray y la participación de su equipo de fútbol en la División Intermedia, segunda división de los torneos organizados por la Asociación Argentina de Football (AAF), allá por abril de 1915.
En 1919 obtuvo el ascenso a primera división y al año siguiente abandonó la AAF para afiliarse a la Asociación Amateurs Argentina. Ligas que al correr del tiempo se integraron a la Asociación del Fútbol Argentino, con el advenimiento del profesionalismo en 1931.
Con el fútbol profesionalizado, Lanús pasó a transitar por periódicos descensos y ascensos de categoría, contando con un recordado equipo denominado "los globetrotters", que fue subcampeón de primera división en 1956.
El trago más amargo lo soportó en 1977, con un polémico descenso a la vieja primera B y de ahí a la primera C -tercera categoría por entonces-, que le originó una crisis económica e institucional.
Aunque 'no hay mal que por bien no venga", ya que allí se encaminó por la reconstrucción con un nutrido grupo de asociados encabezados por Carlos González, que tomó la presidencia de la entidad. Lo que se cimentó con el último ascenso a la máxima categoría del fútbol argentino en 1992, con un vertiginoso desarrollo deportivo, social e institucional.
Por lo que alcanzó logros a nivel nacional e internacional en lo futbolístico como la copa Conmebol, en 1996; el torneo Apertura 2007 de primera división, la Copa Sudamericana, en 2013; fue campeón de primera división en 2016, año en que sumó la Copa Bicentenario y la Supercopa Argentina, y ahora con el subcampeonato de la Copa Libertadores 2017.
A todo esto, se debe destacar, también, sus exitosas participaciones en los torneos de básquetbol y otros tantos deportes, con un complejo polideportivo de primer nivel y un colegio con los tres niveles de enseñanza, para que sus 33.500 socios disfruten de los logros y los servicios del 'club de barrio más grande del mundo'.