En el distrito más populoso del conurbano bonaerense, donde la suerte de concejales e intendentes puede definir la de un gobernador y un presidente, los fusiles de la Gendarmería no serán los únicos que protejan los votos. Dos candidatos admiten sin tapujos que sumarán "sus muchachos" al convoy encargado de custodiar las urnas en las internas del 14 de agosto y, si llegan, en las elecciones de octubre. "Los vamos a ayudar, por las dudas", desliza uno. "Si ganamos, sabemos que vamos a tener que salir a los tiros", cuenta el otro. No hay metáforas, sonrisas ni guiños cómplices. Es La Matanza.
La tensión viene en aumento en el territorio del intendente kirchnerista Fernando Espinoza, un bastión histórico del peronismo que, con 847.064 votantes, tiene más peso electoral que toda la Patagonia. La última semana, tres disparos perforaron la comitiva del programa Carne para Todos, con el que hace campaña el matarife Ricardo Bruzzese, rival de Espinoza en la interna del Frente para la Victoria. Las denuncias de amenazas, trompadas y hasta secuestros de militantes se volvieron habituales.
Pero la pelea real en La Matanza persigue un nuevo y único botín: la estructura y los votos del último hombre fuerte del distrito, el vicegobernador Alberto Balestrini, convaleciente desde el accidente cerebrovascular que sufrió en 2010.
Sucede que, contra los pronósticos, Espinoza, que llegó a la intendencia de la mano de Balestrini, armó una nueva estructura de poder y dejó afuera a los aliados de su jefe político, que por lo bajo empezaron a conversar con los opositores: el kirchnerista Bruzzese, el denarvaísta Fernando Asencio y el duhaldista Julio Ledesma. Todos afirman que cuentan con el aparato balestrinista de su lado y prometen dar la sorpresa en las internas de agosto.
La lista de heridos políticos del balestrinismo comienza en la cabeza del Concejo Deliberante local: el presidente de ese cuerpo, Daniel Castro, no renovará su cargo ni siquiera como concejal. La misma suerte esperan importantes miembros del gabinete municipal, desplazados del entorno de Espinoza por el "nuevo hombre fuerte" del intendente, como definen a Raúl Magario, recordado por su papel de tesorero de Montoneros.
Alejado de la función pública -fue secretario de Medio Ambiente-, el rostro político de Magario es su hija Verónica, vicejefa de gabinete municipal y primera candidata a concejal, puesto que la llevaría a conducir el poder legislativo local. También la colocaría en la línea de sucesión de Espinoza, una alternativa que agitan quienes buscan dañar la imagen del intendente. De hecho, opositores y balestrinistas heridos no hablan de "fernandismo" como la nueva estructura de poder, sino de "magarismo".
Espinoza no atendió a LA NACION en toda la semana. La misma cerrazón le achacan opositores internos como Bruzzese o Miguel Saredi, quienes recuerdan haber hablado más veces con Néstor o Cristina Kirchner que con el intendente. "Si no fuera por las macanas de Espinoza, los peronistas que se fueron con Duhalde y De Narváez se hubieran quedado en el kirchnerismo y Cristina arrasaba en La Matanza", sostiene Saredi, que se bajó de la interna del FPV por las trabas que sufrió su lista.
Desde la Casa Rosada, que colaboró en sumar tensiones dejando fuera de las listas de diputados nacionales a varios peronistas ortodoxos, ahora intentan frenar la diáspora del PJ matancero. Lejos de calmarse en los despachos de los candidatos a vice Amado Boudou y Gabriel Mariotto, los lamentos terminan en el teléfono del secretario de Legal y Técnica de la Presidencia, Carlos Zannini.
Enfrente está "la ambulancia" que prometió Eduardo Duhalde. El ex presidente presentó cuatro listas para las internas, aunque su hombre fuerte es el sindicalista Julio Ledesma, paradójicamente, el primero que acompañó a Néstor Kirchner en la provincia, en 2002. Francisco de Narváez, por su parte, apostó al concejal peronista Fernando Asencio, detrás del cual se asienta el poder del diputado nacional Juan Carlos Piriz y la estructura de un viejo cacique, Alberto Pierri.
"El magarismo montó una empresa gerenciada en el kirchnerismo local, por eso la cantidad de listas peronistas", interpreta Bruzzese, un peronista que se define "nacional y católico" a la vez que kirchnerista, aunque reconoce que sus referentes en la Casa Rosada son Zannini y el operador radical Roberto Porcaro. "Lo que no saben es que, sin Balestrini, Espinoza está perdido", arremete. Si Bruzzese pierde la interna, Asencio ya cuenta como propios los votos de los balestrinistas que hoy apoyan al matarife. El mismo botín que reclamarán los duhaldistas.
Hoy - El distrito clave del conurbano
Domingo 31 de Julio de 2011 - 13:55 hs
Guerra peronista en La Matanza
Los candidatos se disputan la estructura que fue de Balestrini, relegada ahora por el intendente Espinoza. El denarvaísta Fernando Asencio y el duhaldista Julio Ledesma, también asegura contar con el aparato y promete sorpresas.
Fuente: La Nación