Parecía imposible frenar a Cristiano Ronaldo en uno de los mejores momentos de su carrera hasta que el astro portugués chocó con Chile, el mismo muro que en los dos últimos años amargó al otro futbolista más desequilibrante del mundo, Lionel Messi.
Si el argentino vivió una de sus mayores frustraciones al perder con Chile por penales la final de la Copa América Centenario en 2016 -después de haber caído por la misma vía en la definición del torneo continental del 2015-, el delantero del Real Madrid dijo adiós a la Copa Confederaciones de Rusia al caer el miércoles con "La Roja" en semifinales.
Tras el doblete de Liga española y Liga de Campeones con su club, Cristiano llegaba a la copa con la misión de jugar y ganar una final con Portugal, una deuda que no pudo saldar cuando salió lesionado en la final de la Eurocopa que su equipo ganó hace un año ante Francia.
En Rusia le valía solo el título. Por eso horas después de que Chile lo hiciera imposible en la semifinal de Kazán, el capitán luso anunció esta madrugada que deja el torneo antes que el resto del equipo y que no estará en el partido por el tercer puesto el domingo.