En pocos días, con una billetera que parece inagotable, Zenit se convirtió en uno de los protagonistas principales de la ventana de mercado que acaba de abrirse. Los rumores quedaron atrás, los intereses empezaron a materializarse y el club ruso podría reforzarse, entre otros nombres, con tres jóvenes argentinos de gran presente y muy prometedor futuro.
El club de San Petersburgo, propiedad de Gazprom, la empresa que controla una de las mayores redes de gasoductos en el mundo y que además patrocina la Champions League y es el principal inversionista del Mundial 2018, no quiere repetir otra temporada sin éxitos deportivos y por eso apuesta fuerte en este mercado de pases: 20 millones de euros por Sebastián Driussi, de River, 22M por Cristian Pavón, de Boca, y 25M por Leandro Paredes, de Roma.
De hacerse oficiales estas transferencias, Zenit pasará a contar en su plantel con la misma cantidad de futbolistas albicelestes que tuvo en la última década -y en toda su historia-. Desde su fundación en 1925, sólo habían pasado por sus filas el Chori Alejandro Domínguez (06/07), Cristian Ansaldi (13/14) y Ezequiel Garay (14/15).
Pero , ¿cómo surgió ese particular gusto del Zenit por los jugadores con sangre argentina?
"El jugador argentino es muy completo, tiene mucha técnica, es fuerte físicamente. Me tocó dirigir a Tevez y era una persona bravísima, además de un gran jugador. Dirigir a Messi, Maradona, Agüero, Verón o Dybala resulta muy fácil". El dueño de la frase es Roberto Mancini, el DT que llegó para revivir las esperanzas de un Zenit que terminó en el tercer puesto de la Liga Premier rusa y no pudo ni clasificarse a la próxima Champions.
El entrenador italiano, ex-Inter y Manchester City, entre otros, tiene un particular vínculo con los futbolistas nacidos en Argentina. Si bien él mismo les reconoce distintas virtudes y, a juzgar por los hechos, da el visto bueno para que lleguen a sus equipos, los antecedentes no lo ayudan, ya que, en su haber, tiene más de un enfrentamiento con jugadores argentinos.
Roberto Mancini and Carlos Tevez
"Mancini no es una persona fácil; de hecho, tiene una personalidad complicada. Una vez, tuvimos una discusión y quiso pegarme. Fue después de un partido contra el Piacenza. Lancé un córner y él me dijo que la próxima vez tratara de lanzar la pelota más alto. En ese instante, no sé por qué, me puse mal y lo increpé. Entonces, cuando entré al vestuario él me estaba esperando. Se quitó la camiseta y estaba preparado para pelear", le contó Juan Sebastián Verón, quien lo tuvo en el Inter, a la revista The People.
"Tuve muchísimos cruces con él; menos irnos a las manos, de todo, nos hemos puteado muchísimo. Allá está más aceptado que te insultes con el entrenador. A veces, él se ponía a jugar en las prácticas y se le salía la cadena, por ahí te decía: 'Sos un desastre jugando, ¿quién te trajo a vos?'. Una vez me expulsaron al final de un partido por una boludez. Ganábamos 1-0 y en el último minuto, centro, y nos empata el tipo al que tenía que marcar yo. Entró al vestuario a las puteadas conmigo: 'Sos un pelotudo, te hiciste expulsar, nos empataron por culpa tuya, conmigo no jugás nunca más'", relató Nicolás Burdisso acerca de Mancini, en una nota con El Gráfico.
Sin embargo, el caso más recordado es el de Carlos Tevez en Manchester City. El Apache, que un año atrás había recibido un insulto como respuesta tras manifestar su disconformidad por un planteo táctico, se negó a ingresar en un partido contra Bayern Munich por la Champions 2011 e hizo explotar al italiano, que aunque en ese entonces dijo que no volvería a tener en cuenta al ex-Boca, se terminó contradiciendo unos meses después, cuando su equipo, con Carlitos en cancha, conquistó la Premier League y la Community Shield.