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 La Argentina tiene un fuerte déficit comercial tanto con China como Brasil, dos de los principales destinos de las exportaciones. Y, en lugar de achicarse, ese “rojo” pegó un fuerte salto en la primera mitad del año, antes que se desencadenara la tormenta económica global. Eso no es todo. A pesar de los altos precios internacionales, las ventas a China cayeron 20%, mientras las importaciones crecieron 45%.

Con estos antecedentes, y las perspectivas de que esos dos países se desaceleren por la crisis, se estima que esos déficits serán más altos . A menos que el Gobierno decida restringir aún más las compras al exterior, con el riesgo de que esos países hagan lo mismo con las exportaciones argentinas.

Con Brasil, entre enero y junio de 2010, el déficit fue de U$S 1.075 millones y subió a U$S 1.785 millones en la primera mitad de 2011, un 65% más. Y con China se pasó de un superávit de U$S 107 millones a un rojo de U$S 1.933 millones, de acuerdo a los últimos datos del INDEC.

Según Mauricio Claverí, de la consultora Abeceb, lo que está pasando con China se debe a que el comercio bilateral es “muy asimétrico”. “Las importaciones van a continuar subiendo porque la Argentina sigue creciendo, y a pesar de las trabas, China nos abastece de productos industriales. En tanto, los envíos argentinos están concentrados en el complejo sojero . Pero el primer producto de exportación a China, que es el aceite de soja, tuvo su ingreso cerrado por meses y ahora sigue restringido”.

Para Claverí, el déficit con Brasil, que es más histórico, se debe a que la estructura de las importaciones es muy similar a la china. Y plantea que, si se desacelera el crecimiento de esos países, quedarán afectadas las exportaciones y habrá un incremento de los déficits.

En tanto, Mario Sotuyo, de Economía y Regiones, precisa que en el último año el peso argentino se depreció 17,6% respecto al real brasileño, mejorando la competitividad argentina. A pesar de eso, “junto con el paulatino crecimiento del comercio bilateral, hubo un aumento del déficit que tiene un componente estructural y otro coyuntural, que parece difícil de revertir”. Con respecto a China, Sotuyo plantea que “probablemente, las trabas a las importaciones hayan impactado”.

Por su parte, Jorge Todesca, de Finsoport, señala que “con China el descenso en las exportaciones se explica por la caída de productos primarios, mientras en las importaciones hay un aumento en electrónica y bienes de capital. Y con Brasil el deterioro se produce por el mismo patrón estructural. Todesca concluye que “el deterioro de la competitividad argentina y la falta de una política industrial exportadora hacen que el crecimiento se traduzca en mayores importaciones de bienes industrializados y en un deterioro del saldo comercial”.