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El anfitrión intentó incomodar a su huésped desde el pitazo inicial con una letal combinación de presión defensiva y vértigo ofensivo. El Madrid, con un entonado Benzema, dominó con claridad desde el arranque y empujó al Barsa contra su arco. En nueve minutos, hubo cuatro chances de gol que hicieron temblar a los de Guardiola.

El Madrid anuló el circuito de toques de su rival y no lo dejó ni respirar. El premio para esa superioridad llegó a los 12: Benzema desniveló con una gran jugada por derecha y tocó al medio para el alemán Özil, que no perdonó. El Barsa extrañaba la gambeta de Messi (muy marcado) y no podía tener el balón para herir con Villa y el chileno Sánchez, los extremos.

Después de la media hora de juego, la actitud furiosa del Madrid tuvo una pequeña merma que le permitió al Barsa tomar oxígeno. Aun así, se les complicó demasiado a los de Guardiola generar fútbol, ya que Khedira y Xabi Alonso monopolizaron el mediocampo. Pero la inspiración de Villa equilibró todo a los 35: el español recibió un pase de Messi, confundió a Ramos con un amague y sacó un derechazo con un efecto impresionante.

Los últimos cinco minutos fueron de película. El Merengue acarició la ventaja a los 42, cuando Benzema se predispuso a fusilar a Valdés en el área. Sin embargo, un cierre milagroso de Mascherano le ahogó el festejo al galo. Y a los 45 apareció la magia de Messi, que se fue por derecha, dejó en el camino a Pepe y a Khedira y definió con serenidad.

El tanto de la Pulga pareció destrabar el complicado panorama que tenía el Barsa en Madrid. Los azulgranas lucieron más cómodos en el comienzo del complemento e inquietaron con un par de corridas del trasandino Sánchez. Sin embargo, el Merengue igualó de manera sorpresiva a los 8 minutos gracias a Xabi Alonso, que recibió de Pepe luego de un tiro de esquina. Un rato antes, Mourinho había reemplazado a un intrascendente Di María.

Tras el empate, las riendas quedaron en manos del local. Özil regaló varios pases de categoría y Ronaldo se despertó para dañar con su velocidad en el sector izquierdo. Valdés debió lucirse en varias ocasiones para sostener al Barsa, que no pudieron desplegar su clásico fútbol aun con Xavi entre los once desde los 12. Los madrileños, con Higuaín en los últimos 10 minutos, dejaron escapar ese momento de euforia y lo lamentaron. Para el Barsa, el empate tiene un sabor más dulce.