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El encuentro que tienen previsto para hoy Nicolas Sarkozy y Angela Merkel, en París, será prácticamente una negociación: la líder alemana estará dispuesta a ceder a la propuesta de emisión de eurobonos, tal como lo vienen reclamando desde varios países del bloque, a cambio de que su par francés acepte crear un Fondo Monetario Europeo que reduzca drásticamente las deudas estatales.

Ayer, los principales grupos empresariales de Alemania y los liberales del FDP se sumaron al pedido generalizado para que la zona euro haga emisiones conjuntas de bonos. Pero las propias autoridades germanas se resisten porque consideran que será “un pésimo negocio para Alemania”.

El diario Die Welt reveló ayer, citando fuentes del gobierno, que “varios ministros alemanes están dispuestos a ceder a la idea de emitir eurobonos, que Alemania rechazaba hasta ahora tajantemente, si en el resto de la zona euro se deja aplicar las reformas estructurales pertinentes”.

Esa propuesta ya había sido negada en forma rotunda por el vocero de la canciller, Steffen Seibert: “Los eurobonos no han sido objeto de discusión en meses pasados ni lo serán en el encuentro con Sarkozy. No los consideramos la vía correcta”, había advertido.
Merkel encuentra una resistencia fuerte en el interior de su partido. Lammert, el presidente de su Parlamento, ya reclamó públicamente porque considera que frente a la crisis europea su gobierno está implementado decisiones sin el respaldo parlamentario. Así y todo, Merkel justifica la premura y la urgencia de sus resoluciones en el avance repentino de los efectos de la crisis.

En Bruselas, mientras tanto, la presión se acrecienta. Olli Rehn, comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, ya pidió que se aprobaran de manera urgente las reformas que fueron acordadas en la última cumbre de la Unión Europea, de julio pasado: “A más tardar, en septiembre, para calmar a los mercados”, aconsejó.
La mayoría de los expertos se muestra a favor de los eurobonos porque supone que las últimas medidas sólo ganarán algo de tiempo, mientras que la emisión conjunta de títulos podría resolver la intratable crisis de deuda del bloque al permitir que todos los miembros puedan acceder a pedir prestado a tasas razonables.

La idea ya recibió una tenaz oposición de Berlín, que teme que esa medida eleve los costos de endeudamiento del país y reduzca los incentivos para que los miembros más débiles de la zona euro como Grecia reformen sus economías.

En Bruselas se espera con expectativa la reunión de hoy en París. El comisario europeo de Energía, Günther Oettinger, aseguró ayer que una eventual quiebra de Italia reventaría “probablemente”la Unión Monetaria Europea, ya que no soportaría la suspensión de pagos de ese país. “Una declaración de insolvencia por parte de Italia traería consigo la suspensión de sus aportaciones al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera”, advierte.