Fútbol - AFA

Miércoles 08 de Febrero de 2017 - 16:16 hs

El clima se renueve

Tras días turbios, vino Cvitanich y los hinchas pudieron darle la bienvenida a Banfield. Ahora se respira otro aire en el Sur

Olé

La ansiedad lo tapó. Vueltas y vueltas en la cama sin poder dormir. Todo porque volvería a pisar el predio que lo vio nacer como futbolista. Una vez más, se iba a poner la de Banfield. ¿Qué habrán dicho su mujer y sus hijas tras la noche que pasó Darío Cvitanich? Apenas salía el sol, él ya se subía a su auto. Desde Nordelta a Luis Guillón sin escalas. Un trayecto que se va a hacer costumbre por los siguientes 18 meses. Ni las panaderías con las que se topaba en el camino estaban abiertas de lo temprano que se fue, por lo menos para caer con facturas el primer día.

A las 6:45, con más de dos horas de anticipación, llegó al predio. Saludó a viejos conocidos, se topó con caras nuevas y recorrió los pasillos de la pensión. Está modernizada, las piezas tienen aire acondicionado, televisión y ni hablar de las consolas de videojuegos. Cambió mucho, pero sigue siendo el mismo lugar. El también es el mismo. Ese que tanto extrañó y que quiso volver: “Acá me siento bien, soy y fui feliz”, reconoció.

De a poco llegaron todos, hasta los hinchas que lo fueron a ver. Raro por estos días, ya que el hermetismo fue uno de los protagonistas de la pretemporada, pero ahora nadie parecía recordar los días de caras serias. Era la hora de ponerse la camiseta de entrenamiento y salir a dar las primeras pasadas. Pero antes las formalidades. El contrato, la foto con el presi Spinosa, con quien tiene muy buena relación y fue fundamental para su regreso. Ahora sí, Eduardo, dejalo ir a entrenar que está despierto desde andá a saber qué hora. Si es que durmió...

La espera se acabó y ya está junto a sus compañeros en una nueva etapa en el Taladro. Darío Cvitanich vino para renovarles las esperanzas a todos los banfileños. Parecía que todo lo hecho al final del semestre se caía tras las salidas de Silva y Erviti. La llegada del delantero de 32 años, que dejó Miami para volver a su viejo amor, trajo consigo un clima distinto: “Entendí la situación del club, sino me hubiese quedado en el exterior”, manifestó el jugador, que sueña consagrarse con esta camiseta.

Fuente: Olé