¿Qué hará el Sifón? ¿Dará un golpe de timón? ¿Apostará por los mismos? Muchas preguntas, con respuestas que van en varias direcciones. Lo concreto es que las Juveniles siguen en una crisis sin fin desde que a Tocalli lo empujaron a renunciar en el 2007. Hoy todos los cañones apuntan a Ubeda -y a la particular forma en que fue nombrado- y a un grupo de Juveniles que no está demostrando por qué son es mejor del país en menores de 20 años. Aunque no habría que olvidarse que los dirigentes son los principales culpables de esta debacle, ya que no le renovaron a Humberto Grondona a fines del 2015, aunque más grave aún fue haber dejado acéfalas a las selecciones menores durante ¡diez meses! Y ahora esa falta de trabajo se traslada al campo de juego -Ubeda y su cuerpo técnico asumieron hace cuatro meses- y a que la clasificación al Mundial de Corea del Sur esté en riesgo. Todo no pasa...
Ahora todos los dardos apuntan a los que están. El técnico y los jugadores también tienen algunas culpas. Y deberán lavarlas rápido porque mañana se viene el clásico con Brasil y no hay espacio para una nueva derrota. “Sabemos que jugamos el peor partido con Ecuador y que tenemos que hablar mucho en estos días con los jugadores”, contó alguien importante de la delegación argentina. Se viene un tirón de orejas y esperan que en esta situación límite aparezca la fibra típica del jugador argentino.
El DT no hará muchos cambios. Podrán volver Valenzuela -estaba con una sobrecarga- y Belmonte -ya cumplió la suspensión- y después será la base que viene actuando. Es que los suplentes no demuestran rebeldía y, entonces, habrá que esperar que se alineen los planetas para evitar una nueva caída. ¡Alerta!