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Luego de siete años de idas y vueltas, el Banco del Sur quedaría formalmente constituido este año si es que, como parece, la Argentina y Uruguay ratifican el convenio constitutivo en sus Parlamentos. El Congreso argentino aceleró y la cámara de Diputados podría dar su visto bueno el próximo 7 de septiembre, luego de que el Senado aprobara a fines de junio la iniciativa por unanimidad. Uruguay lo seguiría.

En paralelo, el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) cerró un preacuerdo con el Banco Europeo de Inversión (BEI) por un crédito de 60 millones de dólares, que reabrirá la puerta con ese organismo –incluso sin un acuerdo con el Club de París– tras al menos dos años sin contacto con el BEI. El crédito es a diez años y a una tasa de entre 3,5% y 4%.
Son distintas alternativas con las que la Argentina y la región en general, intentan blindarse ante la crisis. Quedó plasmado en las dos cumbres de ministros de Economía y presidentes de Bancos Centrales de la Unasur que se llevaron a cabo en Lima y en Buenos Aires entre fines de julio y comienzos de agosto y sobrevolará la cumbre de cancilleres desde hoy.
 
Ayer, la comisión de Finanzas de la Cámara de Diputados aprobó el dictamen de adhesión al Convenio Constitutivo del Banco del Sur, con votos positivos de oficialistas y opositores, como Federico Pinedo (Pro) y el presidente de la comisión, Alfonso Prat Gay (Coalición Cívica). Para éste, la iniciativa “está bien planteada, y es una buena idea; es una buena señal que América Latina aproveche la bonanza pensando en el largo plazo”. La semana pasada lo había aprobado la comisión de Relaciones Exteriores. Hoy lo hará la de Presupuesto, que dirige Gustavo Marconato (FPV), quien ayer asistió a Finanzas.

El secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino, expuso ayer ante los diputados. Dijo que el Banco del Sur no es “un instrumento para enfrentar la crisis” y que Unasur prevé para ello “otros instrumentos financieros, como el FLAR”, por el Fondo Latinoamericano de Reservas. Pero agregó que “este tipo de instituciones son positivas para enfrentar las posibles consecuencias que pueda tener en el futuro”, la crisis global.
Lorenzino dio precisiones sobre el Convenio Constitutivo del Banco del Sur, pensado para “financiar el desarrollo económico, social y ambiental” de sus miembros. La Argentina, como Brasil y Venezuela, deberá aportar u$s 2.000 millones en cinco cuotas anuales e iguales. Sólo el 20% de esa suma será aportada en efectivo. El primer aporte líquido será de u$s 80 millones. El resto será integrado con garantías. Uruguay, Ecuador, Bolivia, Paraguay aportarán, entre todos, u$s 1.000 millones. El capital inicial es de u$s 7.000 millones. Cada país tiene igual cantidad de votos. Los tres socios mayoritarios tienen poder de veto, pero ninguno puede por sí solo bloquear o impulsar un proyecto.

El Convenio fue rubricado por siete de los doce países de la Unasur: Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Venezuela, y Uruguay. Colombia, Chile, Perú, Guyana y Surinam no se sumaron, pero, según una fuente oficial, cambiaron su mirada sobre el proyecto, que fue ideado por Hugo Chávez y visto, en primera instancia, como un instrumento más político que económico. Los Congresos de Venezuela, Ecuador y Bolivia ya dieron su visto bueno. Con Argentina y Uruguay se cumpliría el requisito de que la mitad más uno de los firmantes que, a su vez, representen dos tercios del capital, ratifiquen el Convenio en sus Parlamentos. A partir de entonces, el banco quedará constituido formalmente cinco días después del depósito de los instrumentos de ratificación en Caracas, sede del Banco.