La pelea entre Juan Manuel Martínez y la dirigencia de Vélez tuvo un nuevo round esta tarde, cuando el Burrito aseguró que quiso "dar una mano y buscaron hacer un negocio".
El atacante reiteró que no había pedido un salario similar al que percibía en Estados Unidos y agregó que los problemas surgieron cuando los directivos del Fortín cambiaron el contrato y quisieron poner una cláusula de rescisión de 2 millones de dólares.
"Vélez no es una vidriera, yo venía a dar una mano", aseveró Martínez, quien se mostró muy dolido con el club de Liniers y concluyó: "En la negociación ya me bajé los pantalones, no sé qué más quieren".