Va más allá de cualquier rumor veraniego (o invernal, según los protagonistas). A Dybala lo quieren en serio. Lo quieren los más grandes y están dispuestos a jugársela a fondo para tenerlo. El Barcelona ya había preguntado por él hace unos días, pero la Juventus lo sacó carpiendo. Y apareció el Real Madrid, el otro pretendiente, con un plan tan concreto como descomunal. Florentino Pérez le ofreció al campeón italiano 90 millones de euros más Alvaro Morata para llevarse a Paulo. Pero ni así: a la Vecchia Signora le pareció insuficiente tremenda propuesta de los madrileños. En cambio, pidió que el jugador incluido en la transferencia sea Toni Kroos o Luka Modric, dos titulares indiscutidos de Zidane. El Real se negó, aunque es improbable que la historia se haya terminado acá.
En Europa ven a la Joya como el nuevo Messi. El mismo Leo lo catalogó como “el futuro de la Selección”. Después de un gran primer año en Turín (y pese a que su último semestre no fue de lo mejor), es lógico que los gigantes del mundo quieran al pibe de 23 años que la rompe toda en el mejor equipo de Italia. Pero la Juventus sabe que el ex Instituto es una de las partes más importantes de su patrimonio, y no lo quiere soltar así como así. Es más: aunque a Dybala le quedan tres años y medio de contrato, el club y el futbolista ya tienen prácticamente acordada una renovación que servirá de blindaje ante el interés de instituciones como el Barcelona o el Real Madrid.
Sin embargo, según medios españoles, Paulo vería con buenos ojos también pegar el salto al Merengue, que a cambio (además de los 90 millones de euros) ofreció a Morata, quien tuvo dos años muy buenos en la Juventus antes de volver al Bernabéu para esta temporada. A los tanos no les alcanza: saben lo que tienen en el argentino. Gane quien gane la puja entre dos durísimos negociadores, está claro que el mayor trofeo de este mercado es quedarse con la Joya más preciada.