Es una mera cuestión de números. Boca tiene la absoluta prioridad pero hasta el momento las distancias entre las partes involucradas son enormes. Y, a días de haberse iniciado esta novela, todavía no hay avances. La renovación de Fernando Gago ya es un tema que preocupa en el Xeneize y no parece próximo a resolverse.
Las diferencias entre el jugador y el club son netamente económicas. Boca le ofrece un salario más bajo del que Gago percibe al momento y se lo compensa (para equiparar el sueldo actual de Pintita) con un premio por objetivos, dejando esa parte de la ganancia del jugador librada a la suerte deportiva. El representante del volante, en cambio, pidió un aumento por sobre lo que recibe hoy en día (el contrato sería lineal y sin subas a lo largo de los tres años de duración), por lo que la brecha se volvió enorme.
A pesar de haber sufrido su segunda rotura del tendón de Aquiles, lo que lo marginó gran parte del año, Gago volvió en gran nivel sobre el cierre de la temporada. Además, cuenta con la ventaja de que en seis meses quedará libre, lo que alimentó el deseo de algunos clubes como el Milan de llevarse a un jugador de su categoría a costo cero.
Ambas partes utilizan sus cartas en una negociación que parecía fácil y se complicó más de lo pensado. Mientras que ni Boca ni el jugador cambien su postura, el acuerdo seguirá estando lejos.