En diálogo con LT10, José María Arancedo, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, expresó que “es muy triste el caso de los sacerdotes abusadores. Nosotros como iglesia tenemos que ponernos del lado de las víctimas y ayudar a la Justicia para que esclarezca estos casos. Nos duelen mucho estos casos”.
Además, José María Arancedo agregó que “cuando se prende una pequeña luz amarilla hay que actuar; hay que tomar cartas en el asunto. Un abusador de menores es un enfermo; esto no tiene nada que ver con la tentación hacia otro sexo. Estamos hablando de un delito muy grave. La Iglesia no puede ocultar estos delitos, ni cerrar las puertas a la Justicia”.
Estos conceptos que virtió el arzopispo de Santa Fe van a contrapelo de lo que hicieron en el caso Storni, con el fallo judicial que obtuvo tras años de lucha Rubén Descalzo, una de las víctimas.