Lanús derrotó por 2-1 a Estudiantes de La Plata en el Sur y logró el objetivo que fue a buscar: llegó en soledad a la cima del Torneo Apertura y les sacó dos unidades de ventaja a Atlético de Rafaela (jugará mañana con Unión) y Racing. Muy diferente es el presente del Pincha, que se armó para campeón y apenas registra dos empates en cinco partidos. La gran diferencia entre ambos fue la contundencia, ya que el local aprovechó sus chances y golpeó siempre de manera oportuna.
En el arranque del encuentro, el que hizo mayores méritos fue Estudiantes. Con un activo Mauro Fernández y un cerebral Carbonero, el Pincha asumió la iniciativa y generó dos chances claras en 10 minutos. Primero, el colombiano estrelló la pelota contra el travesaño. Y enseguida, Boselli no pudo en un mano a mano con Marchesín. Sin embargo, el que se llevó el premio fue su rival. A los 13, Carranza envió un tiro de esquina y Regueiro hizo el resto: se desmarcó y conectó el centro con una volea infernal que se clavó en el ángulo. Una perla futbolística sacada fuera de contexto.
El Granate no necesitó tener tanto la pelota para dañar, una virtud que ya le dio réditos en otros partidos del certamen. El esfuerzo lo hizo el visitante, que a los 24 volvió a inquietar a Marchesín con un remate de Carbonero. Hasta que llegó el merecido empate a los 28, gracias a un remate de Benítez que desvió Mariano González. Sin embargo, la paridad duró unos segundos, porque Romero coronó a los 29 una gran triangulación en la que también participaron el uruguayo Pereyra y Camoranesi.
Con la ventaja en su poder, Lanús profundizó su planteo contragolpeador y estuvo más cerca del tercero que el Pincha del empate. Con la velocidad de Pereyra y Regueiro, los locales le hicieron agujeros a la defensa en cada réplica. Estudiantes nunca entendió la diferencia entre avanzar y atacar, un pecado capital para un equipo que se presumía candidato al título. Albil se lució con varias atajadas y evitó que el contraataque del Granate ampliara las diferencias.
Quizás no alcance un brillo deslumbrante, pero Lanús se hizo amigo del pragmatismo y comanda el certamen con tres triunfos y dos empates. Mientras espera por la recuperación de Valeri, se mantiene la apuesta por el repliegue intencional y la explosión vertical. A diferencia de su rival, Estudiantes todavía no pudo definir su estilo y se desangra cada vez más. ¿Podrá Russo cambiarle la cara al equipo que mejor se reforzó y supo liderar listas de candidatos a la gloria?
Domingo 04 de Septiembre de 2011 - 11:18 hs