Todavía con la sangre en el ojo por una floja labor en la Copa del Mundo de Brasil, que golpeó fuerte a una generación de jugadores acostumbrada a los pasajes de gloria deportiva, España arrancó su camino en la Eurocopa con el compromiso frente a República Checa. El compromiso fue por el Grupo D y tuvo a la Furiasudando más de la cuenta para arrancar derecho su camino hacia el tricampeonato (se consagró en las ediciones 2008 y 2012).
En un encuentro que de antemano estaba marcado por elcomienzo de ciclo de David De Gea en el arco español, a los de Vicente del Bosque les costó alrededor de un cuarto de hora acomodarse en el partido. Fue de allí en más cuando España comenzó a imponer su protagonismo gracias al siempre distinto Andrés Iniesta. Gracias al Cerebro, a los pocos minutos ya prácticamente toda la posesión era del campeón defensor. Sin embargo, se nubló a la hora de capitalizar el dominio y se terminó yendo al descanso sin poder abrir el marcador.
En el complemento, los de Del Bosque salieron decididos a ir por el gol que ya merecían hacía bastante y casi lo encuentra de la manera más insólita: Hubnik dio la pelota en el poste de su propia valla. Y aunque el festejo de la Roja parecía estar al caer, los minutos corrían, el desahogo no llegaba y España iba perdiendo el eje ante la desesperación.
Pero cuando todo parecía perdido, apareció una sociedad bienculé para salvar el estreno. Iniesta mandó un perfecto centrocruzado que cayó justo en la cabeza de Gerard Piqué, quien empujó la redonda a tres minutos del final y salvó a los suyos decretando el 1-0.