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Domingo 18 de Septiembre de 2011 - 11:32 hs

Rafaela hundió más a San Lorenzo y es escolta de Boca

 De tanto en tanto, el fútbol entrega una serie de lógicas absolutas. Orden contra desorden gana siempre el orden. Serenidad contra nervios gana la serenidad. Juego profundo contra juego sin punch gana el que suele ser más incisivo. Anoche, en un Nuevo Gasómetro al borde de la histeria, Atlético de Rafaela venció a San Lorenzo por 3 a 1 porque tuvo orden, serenidad y profundidad. Y también porque no se desesperó en el final, cuando San Lorenzo acarició el empate. Con esos argumentos los rafaelinos se apoderaron de un triunfo que momentáneamente lo catapultaron a lo más alto de la tabla. San Lorenzo, en cambio, sumó una nueva derrota, la tercera seguida, y así profundizó su crisis.

A pesar de que San Lorenzo arrancó el partido sabiendo que la derrota de All Boys lo había alejado de la Promoción, ni así pudo encontrar la cuota de tranquilidad necesaria para plasmar en el juego la idea del DT. El esquema inicial, un 4-2-3-1, con Méndez, Romagnoli y Bazán por detrás de Gigliotti con la premisa de manejar la pelota y luego abastecerlo, no funcionó.

Quizás, mucho haya tenido que ver la ansiedad y los nervios que llegaban desde afuera. Porque tras un arranque aceptable, terminó jugando al compás de los bombos y platillos que imponía la popular.

En la primera hora de juego fue de los dos el que más pisó el área rival. A los 10 minutos Bazán sacó una bomba desde muy lejos que el arquero Guillermo Sara controló en dos tiempos. A los 17, fue Tula el que estuvo cerca de abrir el marcador con un frentazo.

En ese lapso, ¿qué hizo Rafaela? Básicamente se dedicó a no perder el orden y a ser prolijo. Jugó con un solo arco, el propio. Prescindió del de Migliore. Hasta los 32 minutos. Recién ahí se presentó en ataque con un zurdazo de Fede González que terminó en las manos del 1. Dos minutos después, ya más suelto en ofensiva, Nicolás Castro levantó un derechazo por sobre el travesaño. La más clara se registró a los 40. Y fue para la visita: entre Tula y Migliore amortiguaron un derechazo de Gandín.

Casi en el epílogo de la primera parte, se fue lesionado Palomino. En su lugar ingresó Alvarado. Ese cambio de nombres trajo aparejado un cambio en el sistema táctico: San Lorenzo pasó a defender con 3; se agrupó con 4 volantes, 2 enlaces y Gigliotti como único punta.

Los ingresos de Bernardo Romeo y Sebastián González, a los 16 del complemento, derivaron en un nuevo cambio de sistema: 3-4-1-2. Pero nada cambió. La anemia ofensiva se estiró. Para destacar tan solo un cabezazo frontal de Romeo que detuvo Sara.

Y, a los 24, como diría el Indio Solari, se dio algo Superlógico: tremenda contra que agarró mal parado a San Lorenzo. Arrancó en Fede González y terminó en el anticipo goleador de Gandín. Gol. Broncas (Romeo se fue expulsado). Todo junto. Parecía cosa juzgada, pero no. A los 43 San Lorenzo encontró el desahogo en el 1 a 1 del Pulpito González. Pero a nada del final, Fede González definió con delicadeza ante la salida de Migliore (Bottinelli erró en el cálculo). Y en la última, otra vez por el sector izquierdo de la defensa local, Bazán le cometió penal a Gandín que Castro canjeó por gol. Un gol que aseguró la punta de uno y agudizó el presente del otro.

Fuente: Clarín