Los futbolistas profesionales de Primera división firman suculentos contratos, y además, exigen el pago de premios onerosos por objetivos alcanzados. Incluso, en determinadas oportunidades también acuerdan “premio especial” por ganar un cotejo de los denominados importantes (léase clásico, permanencia, título, etc).
Entrenan apenas dos horas por día cuanto mucho y encima, algunos por este "pago chico" adujeron estar mal preparados debido a una “poco exigente” pretemporada. Como si esto fuera poco, recordemos que los días posteriores a los partidos suelen no trabajar y antes de cada “match” realizan movimientos “livianos” para no cansarse. Comen en los mejores restaurantes, se hospedan en lo mejores hoteles, tienen asistencia médica permanente… Todo al alcance de un simple “quiero”.
Además, suelen cubrirse de excusas, derivan culpas en otros y despiertan tanta incomodidad para, acaso desde el victimismo, conseguir algún provecho “extra”. Esto es así siempre en todos los clubes de elite. Ahora, sólo pregunto una cosa: ¿Por qué el plantel de Colón, de paupérrimo desempeño FÍSICO y futbolístico, y habiendo “devorado” dos entrenadores en tan solo 15 fechas, fue licenciado tanto tiempo? Si no se está “apto” por la mala preparación anterior, ¿no había que haber ganado tiempo y tratar de comenzar a ponerle coto a la “desidia muscular” cuanto antes? ¿Primero que muchos otros?
Una máxima muy extendida asegura que los jugadores son lo más sano del fútbol argentino? Otra mentira que endulza a esta cofradía y que además, expone a los dirigentes, siempre dispuestos a brindarles cuidados intensivos para que la estrella no se “manque”, aunque algunos todavía no hayan transpirado en seis meses.
El ‘mundo Colón’ no perdonará más deslices ni indultará deslealtades de los que entran a la cancha a representarlos. Tampoco queda margen de error para los novatos conductores dirigenciales, quienes asumieron grandes responsabilidades en medio de inesperados alejamientos, como el del mismo Lalo Vega y otros importantes miembros de CD. La gente sigue movilizada por una irrefrenable pasión y juzgará ahora cada acto con el inclemente martillo del blanco o negro. Sin grises… porque los grises están reservados para pasiones menos candorosas que las que despierta hoy la “sangre y luto”.
Hay banca, hay apoyo, hay tiempos que deben respetarse como en todo proceso… pero como siempre, el fútbol tiene límites implícitos. Esos mismos límites que desde hace un tiempo en Colón nadie desconoce. Incluso, porque algunos desembarcaron valiéndose de ellos y del halo protector de su hinchada para poder tomar decisiones.
Basta de culpar al otro por los males que supieron cosechar. El que no esté apto para capear el temporal que no se exponga. Dirigentes, nuevo cuerpo técnico y jugadores, deberán ser capaces de encontrar soluciones y no seguir nadando en un mar de excusas permanentes.
El margen de error se achicó a la mínima expresión para todos los actores principales en el barrio Centenario. Ya no sólo, los hasta ayer “mal entrenados” futbolistas estarán condicionados… Es que no se pueden seguir dando tantas ventajas, Señores.
Hoy - Columna de opinión de Gustavo Mazzi
Martes 16 de Junio de 2015 - 03:20 hs