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Domingo 19 de Abril de 2015 - 19:31 hs

El atraso cambiario le marca un piso a la inflación de 2015

Por la desaceleración de los precios que hubo en el primer trimestre se estima que el índice anual será inferior al 30%.

La estabilidad cambiaria y el achicamiento de la brecha con el dólar blue lograron ponerle coto a la inflación y hacerla bajar un par de escalones. Los analistas estiman que al final de 2015 el índice se ubicará entre 25 y 30%, varios puntos por debajo del 37% que exhibió el año pasado. Sin embargo, la tensión por las paritarias y las urgencias electorales del Gobierno podrían darle un nuevo impulso.

El índice elaborado por la Ciudad de Buenos Aires marcó un alza del 1,7% en marzo, por encima del 1,5% que había registrado en febrero. A su vez, el Indice de Precios al Consumidor (IPC) divulgado por el Congreso, que es un promedio de varias consultoras privadas, fue de 2,1% el mes pasado, mientras que en febrero había sido de 1,5%.

“La inflación en baja da chances para que el consumo reaccione. La recuperación de la confianza del consumidor y el crédito despertando son condiciones necesarias –pero no suficientes– para consolidar la tendencia. Las paritarias y el impacto en el empleo serán determinantes para lo que resta del año”, vaticina la consultora Analytica. “En términos de desaceleración de la inflación, lo mejor ya pasó: estamos llegando a un piso. El atraso cambiario como herramienta para contener los precios funciona, obviamente con una mirada de corto plazo, y también funcionó el ajuste del consumo, pero hacia adelante estos elementos van a empezar a tener menos peso”, indica Rodrigo Alvarez, director de Analytica.

En lo que va del año, los precios minoristas aumentaron poco más del 5%, la mitad del año pasado en el mismo período. Este último dato también incide en el resultado de este trimestre. La razón es que la devaluación de enero de 2014 impactó fuerte en los precios. Según la consultora ACM, “es esperable que todas las estimaciones moderen su caída en los próximos meses, como consecuencia de que la dinámica atípica del primer trimestre de 2014, que tuvo registros mensuales promedio del 4,2%, ya salió completamente de la base de comparación”.

La desaceleración de los precios coexiste con el freno de la actividad económica. “Es muy difícil establecer las proporciones que tuvo cada ingrediente, pero creo que la recesión jugó un rol secundario porque no hubo un parate del consumo demasiado profundo. El componente clave fue anclar el tipo de cambio”, apunta Alvarez.

La perspectiva para los próximos meses es que, a medida que cierren las paritarias, “el consumo va a tener una cierta reacción, aunque con patas cortas porque después los precios van a reacomodarse en función de los nuevos sueldos”. Ante este panorama, Analytica pronostica una inflación anual del 25 al 30%, en un escenario en el que persistirá la recesión y el PBI caerá entre 1,5 y 2%, casi en línea con la baja que había tenido el año pasado, que había sido de -1,9%.

Para Ramiro Castiñeira, de Econométrica, “el atraso cambiario permite descender la tasa de inflación, a costa de un deterioro en la economía que tarde o temprano se va a cobrar su cuenta”. El economista detalla que “la inflación mensual va en línea con la devaluación marginal de 1% ó 1,5% mensual”.

Los cálculos de Econométrica indican que si el Gobierno sostiene la estabilidad cambiaria hasta el arranque de las paritarias, “esto va a permitir un incremento en dólares del poder de compra y una recuperación marginal sobre el consumo, que es fundamental en momentos electorales”.

De cara a la segunda parte del año, Castiñeira insiste en que “en el tercer trimestre, la economía va a estar signada por las elecciones. Todas las expectativas van a estar puestas en el análisis de las palabras de los vencedores de las PASO”. Las proyecciones de Econométrica ubican a la inflación en 1,9% en abril y mayo y llegando al 26,9% para diciembre, aunque Castiñeira señala que el resultado final podría ser algo menor si el dólar sigue planchado después de las paritarias.

Camilo Tiscornia, de C&T Consultores Económicos, ubica la inflación de marzo en 2,2%. Además del efecto del dólar, Tiscornia destaca que hubo otros elementos que desaceleraron los precios. “El Gobierno está haciendo todo lo posible por mantener quieto el tipo de cambio. No hubo aumentos de tarifas de servicios públicos ni de transporte este año y la debilidad de la actividad económica va a terminar influyendo también. Creemos que este año la inflación va a estar cerca del 30%, incluso podría ser un poco más baja, pero aun así sigue estando alta”.

Para Tiscornia, uno de los grandes riesgos que sobrevuelan los precios es que el Gobierno no pueda seguir sosteniendo al dólar. Y remarca que, en el año electoral “es preocupante que la emisión monetaria está en un ritmo tan alto, está creciendo al 35%. El efecto monetario sobre la inflación tiene un cierto rezago: el exceso de emisión de hoy tendrá efecto dentro de unos meses. Y la desaceleración que presentaron los precios en el primer trimestre también está vinculada a que la emisión se acotó en buena parte del año pasado”. En base a este diagnóstico, Tiscornia apunta que “no hay que ilusionarse con que baje demasiado la inflación, por eso estamos pensando que va a estar en torno al 30%”.

En 2014, C&T estimaba que la inflación de este año estaría entre 30 y 35% “y ahora la vemos entre 25 y 30%. El consumo está mejorando un poco. Se recuperó la confianza de los consumidores que estaba muy castigada el año pasado con la devaluación y ahora mejoró un poco”. Tiscornia afirma que lo que está jugando a favor del cambio de tendencia “es la expectativa de cambio de Gobierno”, aunque está claro que “el presidente que venga va a tener que corregir varias cosas”.

“La inflación mostró una cierta aceleración en marzo, principalmente por factores estacionales, por lo que todavía es prematuro afirmar que esto marca un quiebre respecto a la moderación observada a partir del último trimestre de 2014”, plantea ACM. Los números de la consultora marcan que el registro del mes pasado fue 1,9%, lo que significó un aumento respecto a febrero –cuando había sido de 1,4%–. “La trayectoria interanual se situó en 29,1%, marcando una nueva, y esperada, desaceleración”.

Pero ACM resalta que “la inflación subyacente no mostró una evolución auspiciosa”. Este índice también llamado core intenta captar la dinámica “pura” de la inflación quitándole el componente estacional (por ejemplo, frutas y verduras o ropa) y los precios administrados (nafta o tarifas de servicios). En marzo este indicador subió 2,1%, se aceleró respecto de febrero y tuvo su crecimiento más importante del año.

“En el 2015 completo, mantenemos nuestra proyección en 29%, en un escenario que contempla la aplicación de algunos ajustes puntuales en las tarifas de los servicios públicos y una corrección cambiaria hacia fin de año”, sostiene ACM.