LT10 - Columna de opinión

Martes 14 de Abril de 2015 - 13:24 hs

"Apasionados por el fútbol, y a mucha honra", por Gustavo Mazzi

 Existe cierto menosprecio a cualquier expresión literaria que tuviese por objeto la vida común y corriente de las personas de a pie. Todavía hoy se puede sentir el desprecio de aquel que se siente en un estadío superior a aquellos que orgullosamente nos apasionamos narrando historias relacionadas con “la pelota”. Eduardo Galeano decía que “para la derecha, el fútbol era la prueba de que los pobres piensan con los pies; y para la izquierda, el fútbol tenía la culpa de que el pueblo no pensara. Esa carga de prejuicio hizo que se descalificara una pasión popular”.

Bienvenido sea tanto la capacidad intelectual como la misma espalda del que se cree más, del que se siente superior. Suelen ser los mismos que destilan cierta atonía por el éxito que nunca les llega en tiempo y forma. Igual, de ellos aprenderemos el valor de la humildad, esa que uno sabe dónde no ir a buscarla cuando se topa con estos pobres tipos, que ni por defunción ni por fortuna se convertirán en virtuosos caballeros.

El escritor uruguayo nos dejó enseñanzas que serán eternas para nuestras mentes ávidas de aprender a decir, a pensar, a escribir. El magnífico Galeano sostenía con su siempre firme convicción: "Los intelectuales me rompen las bolas. Los intelectuales son los que divorcian la cabeza del cuerpo. Yo no quiero ser una cabeza que rueda por los caminos. Yo soy una persona, una cabeza, un cuerpo, un sexo, una barriga, un todo… pero no un intelectual… abominables personajes. Ya lo decía Goya, “la razón genera monstruos”, cuidado con los que solamente razonan. Hay que razonar y sentir. Y cuando la razón se divorcia del corazón, te convido para el temblor, porque esos personajes pueden conducirte al fin de la humanidad. Yo creo en esa fusión contradictoria, difícil pero necesaria entre lo que se siente y lo que se piensa…"

Los que seguimos siendo apasionados por el fútbol... "y a mucha honra”, los que sentimos, vibramos, nos emocionamos con un simple partido... pero también le damos lugar a la razón, al saber, al juicio y a la mente; seguiremos exigiendo y reclamando que es imperioso mejorar el producto. Desde lo lúdico hasta el mismo mensaje, pasando necesariamente por la seguridad y la comodidad, insistiremos hasta el hartazgo con que debemos cambiar.

A eruditos, ignorantes, sabios o "chorros"; generosos o estafadores; a contentos y amargaos, valores y "dublés"… les sugiero fervorosamente detenerse un instante en algunas frases para coleccionar sobre el fútbol y sus bemoles, del GRAN MAESTRO (con mayúsculas) EDUARDO GALEANO:

"El niño pobre, en general negro o mulato, encuentra en el fútbol la posibilidad de ascenso social, que no tiene otro juguete que la pelota: la pelota es la única varita mágica en la que puede creer. Quizás ella le dé de comer, quizá lo convierta en héroe o dios. (...) La miseria lo adiestra para el fútbol o el delito."

“En su vida, un hombre puede cambiar de mujer, de partido político o de religión, pero no puede cambiar de equipo de fútbol”

“El árbitro es el abominable tirano que ejerce su dictadura sin oposición posible y el ampuloso verdugo que ejecuta su poder absoluto con gestos de ópera”.

"Cuando el fútbol dejó de ser un juego y el fútbol profesional necesitó una tecnocracia del orden, nació el director técnico en reemplazo del entrenador. (...) Él cree que el fútbol es una ciencia y la cancha un laboratorio, (...) no sólo le exigen la genialidad de Einstein y la sutileza de Freud, sino también la capacidad milagrera de la Virgen de Lourdes y el aguante de Gandhi."

"Jugar sin hinchada es como bailar sin música."

"El fanático es el hincha en el manicomio."

"El gol es el orgasmo del fútbol."

“Soy autor de una teoría sobre Messi, aunque no tiene base científica. Creo que es como un caso único en la historia de la humanidad, porque es alguien capaz de tener una pelota dentro del pie. Siempre se dice que Maradona llevaba la pelota atada, pero Messi la tiene dentro del pie"

"Yo sigo siendo un apasionado del fútbol y a mucha honra”

"Yo no juego, porque juego muy mal; soy bochornosamente un pata de palo, completo pata de palo, o sea, fui el mejor jugador de mi país y del mundo, pero sólo en sueños, mientras dormía. Al despertar, la cruda realidad me decía que yo no podía llegar ni a la esquina, que por ese camino, no iba a llegar muy lejos".

"El gol, aunque sea un golcito, resulta siempre gooooooooooooooooooooooool en la garganta de los relatores de radio, un do de pecho capaz de dejar a Caruso mudo para siempre, y la multitud delira y el estadio se olvida de que es de cemento y se desprende de la tierra y se va al aire"

“El portero siempre tiene la culpa. Y si no la tiene, paga lo mismo. Cuando un jugador cualquiera comete un penal, el castigado es él: allí lo dejan, abandonado ante su verdugo, en la inmensidad de la valla vacía. Y cuando el equipo tiene una mala tarde, es él quien paga el pato, bajo una lluvia de pelotazos, expiando los pecados ajenos”

"La tecnocracia del deporte profesional ha ido imponiendo un fútbol de pura velocidad y mucha fuerza, que renuncia a la alegría, atrofia la fantasía y prohíbe la osadía"

“Por suerte todavía aparece en las canchas, aunque sea muy de vez en cuando, algún descarado carasucia que se sale del libreto y comete el disparate de gambetear a todo el equipo rival, y al juez, y al público de las tribunas, por el puro goce del cuerpo que se lanza a la prohibida aventura de la libertad”

“El fútbol se parece a Dios en la devoción que le tienen muchos creyentes y en la desconfianza que le tienen muchos intelectuales”.

"Han pasado los años, y a la larga he terminado por asumir mi identidad: yo no soy más que un mendigo de buen fútbol. Voy por el mundo sombrero en mano, y en los estadios suplico: “Una linda jugadita, por el amor de Dios”. Y cuando el buen fútbol ocurre, agradezco el milagro sin que me importe un rábano cuál es el club o el país que me lo ofrece"