LT10 - Luego de su salida del kirchnerismo

Lunes 23 de Marzo de 2015 - 10:14 hs

Mazzón trabaja contra reloj para reagrupar al peronismo detrás de Scioli

Tras su reciente salida de la Casa Rosada, el veterano operador del PJ trabaja full time en la candidatura del gobernador bonaerense, a quien desea ver fuera del FpV. Busca sumar a Massa para la Provincia.

 Desde la última vez que pisó la Casa Rosada, el lunes 9 de marzo, Juan Carlos Mazzón se abocó a dos cuestiones. La más trascendente y urgente es la de aglutinar al peronismo, de cara a unas elecciones que, pareciera, se avecinan complicadas. La segunda es mucho más superficial: anda en la búsqueda de una oficina de alquiler en la que pueda llevar a cabo su objetivo. El despacho de su hijo Mauricio, a una cuadra del Congreso nacional, ya no da para más.

El veterano operador del PJ podría haber solucionado la búsqueda si hubiera aceptado el reiterado ofrecimiento del gobernador Daniel Scioli, que le ofrendó al menos un par de cargos desde que Cristina Kirchner lo echó de un día para el otro. Uno de ellos en una oficina del Banco de la Provincia de Buenos Aires, cortesía que Mazzón rechazó con un argumento sólido: "Te sirvo más desde afuera que adentro, Daniel".

Justamente, la relación con el gobernador y precandidato presidencial fue una de los principales argumentos por el que el ex coordinador General de Asuntos Político Institucionales de la Unidad Presidente fue despedido el viernes 6 de marzo por orden presidencial, materializada a través del secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini. Mazzón debió volver a la Casa Rosada tres días después, a buscar algunas cosas que no había podido cargar esa tarde noche.

No está desilusionado porque no tendría motivos para estarlo, juran en su entorno. Por la sencilla razón, según deslizan, de que nunca fue un hombre de confianza de la Presidenta. Mucho menos de Zannini, tal vez el principal impulsor de su salida. "El problema es que Zannini detesta al peronismo. Con \\'el pingüino\\' esto era otra cosa", se lamenta el histórico operador mendocino en la intimidad. Más tarde o más temprano, su salida era cuestión de tiempo. La última vez que se había cruzado con Cristina fue un mes antes de su renuncia, en la Casa Rosada. Hablaron un rato largo sobre política, sin definiciones concretas.

En realidad, Mazzón sí gozaba de la confianza de Néstor Kirchner. Por algo el ex presidente lo había convocado como asesor en la convención constituyente del \\'94. Desde ese año, la simbiosis entre ambos fue en ascenso. Se entendían de memoria. "\\'El pingüino\\' sí que jugaba a ganar", deja trascender el ex funcionario.

Es que en el entorno del veterano operador del PJ están convencidos de que en este test electoral de agosto y octubre próximos el Gobierno juega a perdedor. O es, al menos, el argumento que encontraron para justificar el constante maltrato K hacia Scioli, el candidato de Mazzón y de gran parte del peronismo. Es uno de los argumentos, además, mediante el cual "el chueco" explica su liberación para trabajar full time en la candidatura del gobernador bonaerense, empecinado en que el PJ se alinee detrás de su figura.

Habla con todos. Con gobernadores como Juan Manuel Urtubey, de Salta, y José Manuel De la Sota, de Córdoba. Con Scioli, casi a diario. Con el peronismo en general. Y con operadores de Sergio Massa intensificó las conversaciones.

En estas últimas semanas, la figura del ex intendente de Tigre volvió a estar en boca de todos, aunque no precisamente por su desempeño en las encuestas. Por el contrario. Uno de los debates instalado ahora en el peronismo es qué hacer con Massa. Mejor dicho: qué hacer con él si es que los números no acompañan como antes, y como parecerían reflejar la mayoría de los sondeos.

Todavía instalado en el bunker de su hijo –"el chuequito", como lo bautizó la política, también operador peronista-, una romería de dirigentes, Mazzón bajara un plan demasiado ambicioso: que Massa y Scioli diriman la interna del peronismo en una PASO conjunta, por fuera del Frente para la Victoria. Si el veterano operador idea ese esquema es porque tanto él, como Scioli como el PJ es consciente de que hay una versión cada vez más insistente de que finalmente el Gobierno termine por impedirle al mandatario bonaerense presentarse en la interna del FpV. Y si Mazzón todavía no se lo planteó directamente a Massa es porque es demasiado apresurado. Tampoco lo conversó tan frontal con el gobernador: romper no está hoy en los planes. Tampoco en los del Gobierno. Al menos no por ahora.

El plan B es no solo mucho menos audaz, sino menos decoroso para el ex intendente y ex jefe de Gabinete: "Scioli presidente, Massa gobernador", un viejo anhelo del mendocino. Nadie se anima a plantearlo con insistencia aún porque certificaría aquello de que al líder del Frente Renovador no le dan los números para ir por la Presidencia. Y Mazzón, según confesó a sus íntimos, no está dispuesto aún a plantearle a Massa de frente semejante descortesía. Sería, al menos hoy, una trompada en el mentón al ego del ex intendente.

La inquietud del echado funcionario es similar a la del peronismo, que rompió todo tipo de puentes con la Casa Rosada porque Cristina, dicen, así lo quiso. Es hacerle frente al crecimiento de Mauricio Macri, amplificado tras la alianza sellada con la UCR.

Lo que piensa en la intimidad uno de los operadores más influyentes desde al retorno de la democracia es lo que analizan en privado gobernadores, intendentes y hasta el propio Scioli. Que la renuncia impuesta a Mazzón fue un portazo al peronismo. La diferencia es que el ex funcionario, liberado de la Casa Rosada, se siente aliviado. Los demás todavía lo sufren desde adentro.

Fuente: Infobae