No puede hablarse de sorpresa: no había analista que no lo previera, con el gasto público creciendo a una tasa de 46% en el año, casi 10 puntos por encima de los ingresos.
Aun así, conviene no perder de vista que el Banco Central (BCRA) sigue financiando de manera copiosa y casi descontrolada a un Tesoro nacional que no logra un cierre decoroso de sus cuentas, pese a este creciente auxilio y a que el Gobierno ya arrió la bandera del desendeudamiento para volver al mercado de la peor manera: tomar recursos que, casi en su totalidad, usa para financiar gasto corriente.
El último balance semanal del BCRA mostró dos novedades inquietantes al respecto. La entidad que conduce Alejandro Vanoli recibió del Tesoro otra letra intransferible y de rendimiento nulo por 3200 millones de dólares, como contrapartida de la cesión de reservas que hizo en el transcurso del año para pagar deuda. Y además le giró otros 29.600 millones de pesos en un día para hacer frente a sus gastos. "Esta dinámica sugiere que la recuperación del crédito externo no saciará la voracidad del fisco por fondos, y que pese a la aparición de financiamiento más genuino, el Gobierno seguirá exprimiendo al BCRA y prolongando su proceso de vaciamiento", juzgó el consultor Federico Muñoz al repasar las cifras.
Con los nuevos giros, el total de asistencia monetaria brindada en los que va del año ya ronda los US$ 22.000 millones, considerando las transferencias en dólares para pagar deuda y en pesos para financiar gasto. Muy cerca del nivel de 2013 y cuando falta aún un mes para cerrar el año (las cifras son de fines de noviembre).
En las transferencias de pesos aparece una curiosidad, que no sólo describe la situación actual, sino que también explica por qué el Gobierno pasó de criticar el endeudamiento a fomentar un verdadero festival de bonos. La Carta Orgánica habilita al BCRA a asistir al Tesoro con límites, para tratar de no repetir desbordes que, en otros años, derivaron en episodios de hiperinflación. Puede hacerlo por hasta 20% de la recaudación, más de 10 a 12% del dinero circulante, según la base monetaria, y con un plazo máximo de un año. De allí que a esta asistencia se la caracterice como "transitoria".
Ese stock se ubica en los 232.450 millones de pesos, con lo que se encuentra cerca del límite de lo permitido (que cerraría el año en 260.000 millones, según estimaciones privadas). Considerando que el déficit del Tesoro en diciembre promedia habitualmente el 21% del déficit total del año (unos $ 45.000 millones, a cifras actuales), queda a la vista que el Gobierno deberá buscar recursos por otro lado, lo que explica la vuelta al mercado de deuda.
Con la ampliación de la emisión del Bonar 2024 (originalmente diseñado para pagarle a Repsol por la expropiación de YPF), el Gobierno estaría emitiendo nueva deuda en dólares por US$ 6250 millones en el año sólo en ese instrumento, amén de la que emitió en pesos.
Por lo demás, los adelantos transitorios cedidos al Gobierno aumentaron en $ 74.670 millones en los últimos 12 meses, explicando el 99,4% del crecimiento por $ 75.100 millones que tuvo la base monetaria durante el período. Esto deja a la vista que el fuerte ajuste monetario (con una emisión que crece a la mitad del ritmo de actualización de los precios) recae íntegramente sobre el sector privado.
"La tentación a financiar el déficit con emisión en diciembre, con el pico estacional en la demanda de pesos, es muy grande. El problema se presenta en enero y febrero si el BCRA se tienta con no retirar esos pesos para tratar de estimular la actividad o especulando con un aumento del crédito", advierte el economista Nicolás Dujovne.
Hoy - Problema fiscal
Martes 09 de Diciembre de 2014 - 18:07 hs
Más emisión para disimular el déficit
El BCRA giró al Tesoro casi $ 30.000 millones al cierre de noviembre y recibió otra letra por la cesión de reservas para el pago de deuda; el ajuste monetario recae sobre el sector privado.