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La amistad entre Nico Rosberg y Lewis Hamilton, siempre funcionó. Dispares en sus orígenes, opuestos hasta en el aspecto físico, desde niños les unió la edad (ambos tienen 29 años), competir en la misma categoría, e inlcuso en el mismo equipo, y el amor de sus padres por el automovilismo.

Sí, uno viajaba en el jet de papá Keke, los monos siempre eran nuevos y los medios para competir y de transporte eran los mejores. Pero en el karting iban de un lado para otro fantaseando. "¿Te imaginas que nos jugamos un día el título en F1?". Entonces tenían 13 años.

Mercedes esta temporada ha evitado que todo saltara por los aires en momentos dificiles de la relación entre ambos, como en Mónaco y Bélgica -ambos errores de Nico- o como en los deslices de Lewis, hablando del pasado millonario de su amigo, que no es alemán, que no tiene tanta hambre como él y todos esos juegos psicológicos que Rosberg ha toreado.

"Son dos grandes luchadores", cuenta el que fuera su jefe en la GP2 en el equipo ART, Frédéric Vasseur. A uno lo tuvo en 2005, Nico, y a otro en 2006, Lewis. Ambos fueron campeones con él, con cinco victorias en cada caso. "Lo que demuestra el tremendo potencial de ambos", reconoce a Bild.

Como en la vida que llevan, su forma de trabajar es un reflejo de su personalidad. Desorden y altibajos en la de Lewis; rutina y obsesión por los detalles en la de Nico. "Claro que Nico es un gran luchador, en muchas carreras de GP2 las mangas con orden inverso en la parrilla le hicieron salir octavo y tenía que remontar y adelantar. Siempre al límite pero prácticamente sin error alguno", valora Vasseur. "Lewis era más extremo en términos de riesgos. Nico calcula más".

Nico, más currante
Vasseur cree que el éxito en la vida privada de Nico, el orden en su intimidad, tanto de pareja como de vida, era un éxito que Lewis nunca manejó con tanta pericia. "Nico siempre puso más énfasis en los detalles más pequeños. Hablaba de todo, nunca aflojaba, quería saber de todo, las reuniones con los ingenieros no tenían fin. Era una especie de motor del equipo con un enfoque inflexible".

En la F1 en Mercedes es un clásico ver a Rosberg agotar las horas de trabajo, día y noche, mientras Lewis parece atesorar un punto más de talento que le ahorra algunas veladas en el paddock.

"No podría decir quién era más veloz, ambos eran endiabladamente veloces. Lewis tenía una velocidad irremediable y un enorme control del vehículo. Hizo la carrera más memorable que yo recuerdo con nosotros en Turquía, remontando a todos como un cuchillo hirviendo atravesando la mantequilla. No dejaba ni las vueltas rápidas a los rivales. Nico era más calculador, no arriesgaba tanto", confiesa Vasseur.

No podría apostar por un ganador mañana en el asalto final de Yas Marina. "Ninguno de los dos era fácil, presionaban mucho al equipo, lo motivaban también, lo hacían mejor. Hablaban constantemente con los ingenieros y querían el éxito a toda costa. Tenían dos aproximaciones distintas, pero ambas válidas". Todo es posible.