El 23 de septiembre 43 estudiantes mexicanos desaparecieron tras una manifestación en el Estado de Guerrero. La versión oficial es que los alumnos fueron asesinados por el narcotráfico local, aunque por el hecho también se detuvo, entre otros, al exalcalde de Iguala, José Luis Abarca.
El Equipo Argentino de Antropología Forense trabaja en ese país, a pedido de los padres de los jóvenes, para intentar esclarecer el caso e identificar restos óseos en medio del hallazgo de una fosa común. Luis Fondebrider, presidente de la organización, dialogó con ámbito.com respecto a este proceso y sus similitudes y diferencias con su labor con los desaparecidos argentinos.
Periodista: ¿Cómo llegan al caso de los estudiantes mexicanos desaparecidos?
Luis Fondebrider: Llegamos porque hace más de diez años estamos trabajando en México, en diferentes tipos de casos. Varias ONGs que se ocupan de situaciones de este tipo nos conocen y nos pusieron en contacto con los padres de los estudiantes, que estaban buscando una alternativa forense de forma independiente. A partir de octubre comenzamos a trabajar en este caso.
P.: ¿Cuántas personas del equipo trabajan allí?
L.B.: Tenemos un promedio que va variando entre diez y doce personas. Nosotros tenemos hace tiempo oficina en México; así que se nutren en parte de eso y de gente que trasladamos desde Buenos Aires y de otras partes del mundo para colaborar con la investigación.
P.: ¿De qué especialistas consta ese equipo?
L.B.: Consta de arqueólogos, antropólogos, médicos, biólogos y balísticos, fundamentalmente.
P.: ¿Cómo es el trabajo realizado allí?
L.B.: Es habitual y semejante al trabajo que realizamos acá o en cualquier otra parte del mundo. Tiene que ver con investigar una desaparición desde el punto de vista forense: primero, recuperar los cuerpos; después, tratar de identificarlos y, por último, determinar cómo murieron. Es una tarea que se hace con un enfoque multidisciplinario, que tiene diferentes pasos y que tiene que ver con investigar en qué circunstancias desapareció una persona; dónde puede estar su cuerpo y, luego de recuperarlo, tratar de reconstruir lo que se llama "el perfil biológico" de esa persona (esto es, cómo era esa persona en vida desde el punto de vista biológico) y empezar a comparar con los restos que tenemos, de manera de llegar a una identificación.
P.: Además de la parte biológica de la investigación, hay otra que tiene relación con el constante contacto con los familiares...
L.B.: Sí, la forma en que el equipo trabaja tiene que ver con crear una relación de credibilidad y confianza con los familiares, de modo de hacer la parte científica transparente para ellos; atendiendo sus dudas, expectativas; explicando las posibilidades y limitaciones de la ciencia y manteniéndolos informados todo el tiempo.
P.: Usted mencionaba que su labor es similar en todo el mundo. ¿Qué diferencias podría marcar en el trabajo que realizan en México respecto a los casos de desaparecidos argentinos?
L.B.: Quizás la principal diferencia es que este es un caso mucho más reciente, de hace poco más de un mes. Por otra parte, no es un caso que viene de una dictadura militar sino de una democracia. Tiene menos componente político que los casos que trabajamos en Argentina. Esas son las diferencias más notables; en el resto, tiene muchas similitudes, desde el punto de vista de la investigación.
P.: Ya hay algunos resultados negativos en los restos óseos analizados, ¿qué sigue?
L.B.: Seguir analizando los restos de los que aun no tenemos resultados. Los resultados negativos son de un grupo de cuerpos. Tenemos que seguir analizando los otros, que son complejos.
P.: ¿Cómo evalúa la situación respecto a las violaciones de DDHH en México?
L.B.: Nosotros no opinamos sobre la situación política de México. Sí opinamos sobre casos semejantes que hemos trabajado y donde aplicamos las ciencias forenses para investigar al servicio de los familiares, pero no nos manifestamos públicamente sobre la situación en México.
P.: ¿Tuvieron obstáculos para trabajar en este caso?
L.B.: No, cuestiones habituales en este tipo de contextos donde hay mucha ansiedad, mucha angustia, mucha intervención de los medios periodísticos. Pero, en general, pudimos realizar nuestra tarea sin mayores problemas.
P.: O sea que no hubo impedimentos en su trabajo por parte de autoridades oficiales.
L.B.: Es imposible trabajar si no es en coordinación con la instancia que investiga estas cuestiones en México, que es la Procuración General de la República, la que genera el mandato de investigar y los servicios periciales.
P.: ¿Cómo se maneja la parte emocional al trabajar en casos tan sensibles?
L.B.: Trabajamos en equipo, no se podría hacer de manera individual, separados. Somos un equipo que hace muchos años trabajamos juntos. La mejor forma de hacerlo y tener presente todas las cuestiones que tienen que ver con las emociones es trabajando en contacto con los familiares, que más allá de su angustia, su dolor y su incertidumbre, están llenos de vida y peleando para saber qué pasó con sus seres queridos. Y para nosotros esa es la parte más importante de nuestro trabajo.
P.: ¿Qué significa para el EAAF tener reconocimiento internacional como para intervenir en casos de todo el mundo?
L.B.: Es una responsabilidad enorme que los familiares confíen en nosotros y vuelquen esta credibilidad. Siempre hacemos nuestro esfuerzo más importante para poder darles algunas respuestas que a veces no se pueden... pero siempre tratamos de obtener resultados.
Martes 18 de Noviembre de 2014 - 20:21 hs
México: la tarea de los argentinos que trabajan para hallar a los 43 estudiantes
Fuente: ambito