LT10 - Columna de opinión

Sábado 15 de Noviembre de 2014 - 22:57 hs

"Madelonazo, segunda parte", por Gustavo Mazzi

Actualizado: Sábado 12 de Marzo de 2016 - 05:48 hs

 Sábado 15 de noviembre de 2014, 20,02 PM. Final del partido. Está completo el álbum. Unión de Santa Fe, vale decirlo con todas las letras porque es orgullo de una parte grande de la ciudad, saldó su propia deuda interna. Venció a Temperley 2 a 0 en su casa y volvió a Primera.

El Tate está encantador. Es un festín que mezcla revancha, esperanza y realidad. Se viven horas de alegría e indescriptible felicidad, como seguramente imaginó antes de la competencia, pero que tanto costó. Sufrió, claro que sufrió, no sólo con las derrotas inesperadas en Junín, San Francisco o ante Atlético Tucumán. Sufrió desde aquel triste e impiadoso 27 de mayo de 2013, cuando el 2-4 ante San Lorenzo lo condenaba al mismísimo infierno de la “B”. Y, aunque nunca nadie quitará los surcos que dejaron las lágrimas de aquella dolorosa caída, hoy volvió a redimirse y todo está otra vez en su lugar.

Nada distingue más a este club que su rebeldía y fortaleza frente a las adversidades. El club que se construyó siempre ante el infortunio hoy disfruta de otro momento de éxtasis.
Si el 74 fue el año del “Campanazo”. Y si hubo un “Glorioso 89” con Madelón a la cabeza. Si en el 96 fue el éxito de “los pibes”, y en el 2011 la “revolución de Kudelka y sus muchachos”… hoy se selló el orgulloso y esperanzador “Madelonazo, capítulo II”

El lazo emocional de la gente con este grupo se consolidó desde valores colectivos. La adhesión al equipo no se apoya en la identificación con una única figura, más allá de que como siempre, hay algunos jugadores que se recortan y destacan más que otros. El Tate fue la suma de las partes, para hacer un todo sólido, ambicioso y ganador. Una verdadera “Unión”, que se fortaleció en las dificultades y se fue envalentonado con el paso de los triunfos. En el desglose de los fundamentos esenciales de este equipo, el esfuerzo y el compromiso van a la cabeza de la lista. Un conjunto generoso y determinado. Jamás regateó energía, y jamás ningún futbolista se sintió solo, como si aún estuviera fresca la tinta con la que firmaron el pacto de "todos para uno y uno para todos". En ese fervor actitudinal después de un mal comienzo, el Tate se juramentó no descuidar nunca más un partido. Custodió con recelo cada aspecto del juego, aún en los pasajes dónde parecía no saber cómo llegar a destino. Y así, Unión ha sido capaz de superar a los rivales y de superarse a sí mismo… ese fue su principal mérito.

Hoy, frente a uno de los tantos candidatos al ascenso, ratificó que la mente puede sacar adelante a los equipos aún cuando las piernas sienten el hormigueo del nerviosismo, las presiones… y se aflojan. En este sprint final fue al frente, aún con errores y limitaciones, y armó una campaña tan formidable como inesperada hasta hace siete fechas atrás. El equipo alcanzó el objetivo con más fuerza que estilo, con más convicción que persuasión, con más sacrificio que oficio, y volvió al lugar que le corresponde en el concierto futbolístico nacional.

Este Unión salió adelante porque se aferró a una de las pocas cosas que jamás se alejaron de la “Avenida” y de su gente: el orgullo. Nadie se permitió sentirse descorazonado antes de tiempo, pese a que algunos triunfos le fueron esquivos. Supieron sobreponerse a cada uno de los golpazos. Dominaron el enojo por el atraso salarial. Tragaron saliva frente a los malos tratos de aquellos que creyeron que nunca más se levantaría. Dieron un paso al frente cuando tambaleaba el DT. En canchas polvorientas, pusieron la pierna más fuerte que su adversario y compensaron la falta de lujos con un corazón bravío y con la entrega que tanto reclamaban los que afuera siempre dieron todo sin especular, ni vacilar.

Unión parece haber empezado a hacer las paces con la historia. Fue otra muestra de carácter para volver a dejar los colores rojo y blanco, inmaculados. El “15 de abril” sigue en erupción. Todos están con la satisfacción del deber cumplido. El estadio de la gente vivió otra jornada de gloria, acallando viajas penurias, frustraciones y rencores. Su pueblo flota en una excitación sin edad como tantas otras veces.

Todo vuelve a estar en su lugar. Ya no importa cada noche que esperó. Sus fantasmas hoy por fin están mejor. El pasado es un mal sueño que acabo, un incendio que este sábado se apagó.

El canto no cesa, se retroalimenta, crece, se multiplica y explota en la ciudad. Los incansables protagonistas se abrazan a la gloria y se confunden en la más maravillosa música que baja como catarata desde los cuatro costados del atiborrado y pletórico teatro futbolero. La pasión se expresa nítida, potente, áspera con el himno ancestral rojiblanco. Ese que los une e identifica y que dice... “OLE OLE OLE, CADA DIA TE QUIERO MAS… YO SOY TATENGUE, ES UN SENTIMIENTO, NO PUEDO PARAR...!! Desde las 20:02 PM de este 15 de noviembre más festivo que nunca para Santa Fe, Unión está otra vez en PRIMERA. Como tenía que ser. “Madelonazo, segunda parte”