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La preocupación por el futuro del proyecto presidencial de Mauricio Macri inundó ayer los principales despachos del Gobierno porteño. La furia contra su gestión que manifestaron los vecinos afectados por el trágico temporal, que dejó seis muertos en la Ciudad, sumado a las críticas de la Casa Rosada, que aprovechó la ocasión para cuestionar al Jefe de Gobierno por su “ineficiencia”, la “falta de obras” y por estar de vacaciones fuera del país, sumió ayer al macrismo en una crisis, que le dejará un costo político inevitable. Si bien, el líder de PRO decidió anticipar su regreso, para ponerse al frente del operativo, la estrategia de victimización habitual recomendada por el equipo de comunicación – una vez más se culpó al Gobierno Nacional por las “trabas” a la gestión y a la naturaleza, por la “tragedia climática”– no fue suficiente para frenar el malhumor social y Macri sufrió por la noche su primer cacerolazo en Belgrano y Saavedra.

Incluso, algunos funcionarios porteños con poca autocrítica se lamentaban ayer en voz baja por su mala suerte. El temporal sorprendió a su jefe político y al ministro coordinador Horacio Rodríguez Larreta fuera del país, tal como sucedió hace un año, cuando una suerte de tornado azotó a la Ciudad de Buenos Aires y gran parte del conurbano. A Macri lo sorprendió la noticia en Trancoso, una playa al sur de Bahía, Brasil. La magnitud de la tormenta y la Ciudad colapsada había desbordado por la madrugada a los ministros y la vicejefa María Eugenia Vidal lo llamó para ponerlo al tanto. A diferencia de lo que hizo hace un año, cuando estaba descansando en la Patagonia, Macri decidió anticipar su regreso, previsto para hoy.

Es que Vidal le informó de la furia, cada vez mayor, de los vecinos afectados, que se manifestaban contra su gestión ante las cámaras de TV y del mal humor por su ausencia en las redes sociales. Mientras Macri gestionaba un vuelo charter, se reunía un Comité de Emergencia, encabezado por Vidal, e integrado por los ministros de Seguridad, Guillermo Montenegro, de Salud, Graciela Reybaud, de Desarrollo Social Carolina Stanley y de Espacio Público, Diego Santilli.

Ante las críticas por la falta de respuestas, Vidal brindó una conferencia de prensa para informar que “más 450 personas de emergencia, junto con la Guardia de Auxilio, la Policía Metropolitana y agentes de Defensa Civil, estaban recorriendo las zonas afectadas para asistir a las personas y remover los vehículos varados.

La orden del equipo de comunicación fue, en un principio, la de apuntar a las causas climáticas y no al Gobierno Nacional, y tanto Vidal como Santilli hablaron de “tormenta impresionante”, “la mayor en 100 años en el mes de abril”. Sucede que tras varios años de negativa, la Casa Rosada concedió hace veinte días el aval para que la Ciudad pueda endeudarse por unos 150 millones de dólares y construir finalmente el canal aliviador del Arroyo Vega, que evitaría las inundaciones en la zona de Belgrano y Nuñez. Y ya se está en tratativas con el Banco Mundial (BM). Pero durante la tarde, debieron cambiar de estrategia, ante los incesantes cuestionamientos del kirchnerismo. La polémica se disparó cuando el ex jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, denunció por Twitter que Macri estaba en Brasil y Larreta, en Europa. Algo que obligó a Iván Pavlovsky, vocero de Macri, a anunciar que el jefe de Gobierno “está volviendo al país”, sin dar más detalles sobre su destino. Por la tarde, el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, remarcaba que por falta de obras del gobierno porteño la Ciudad “está sumergida en un caos”. Y lo chicaneaba por hacer obras por el TC2000, pero no instalar dos bombas de achique para los vecinos en el barrio Mitre, situado detrás del shopping DOT. Luego, fue el turno del ministro de Planificación Federal, Julio De Vido. “Otra vez la falta de gestión nos lleva a lamentar víctimas fatales y deja a 450 mil vecinos sin luz en la Ciudad”, dijo. Es por eso que en la conferencia de prensa que brindó Macri al caer la tarde, volvió a cargar contra la Nación y a utilizar el argumento de las trabas en los avales internacionales para realizar esas obras de infraestructura porteña. El resultado fue elde siempre: acusaciones cruzadas y confusión en la información por parte de ambos bandos. Anoche, los estrategas de comunicación evaluaban la forma de pagar el menor costo posible, tras encargar las encuestas de rigor.