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El candidato opositor Enrique Peña Nieto ganó ayer las elecciones presidenciales de México, según mostraron tres sondeos a boca de urna. El triunfo del ex gobernador del Estado de México, de 45 años, regresará al controversial Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la presidencia, que había perdido en el 2000 tras haber gobernado con mano dura al país durante siete décadas seguidas.

Los sondeos a boca de urna dijeron que Peña Nieto se impuso con con el 42% de los votos, frente al 31% del candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, mientras que la oficialista Josefina Vázquez Mota se ubicó en tercer lugar con el 23% de los votos. En México no existe la segunda vuelta electoral y simplemente gana quien obtiene más votos.
Peña Nieto está casado con una actriz de telenovelas y tiene vínculos con la vieja guardia de PRI. En su búnker, sus seguidores festejaban con globos y banderas los resultados de las encuestas.

Analistas atribuyen el triunfo de Peña Nieto al fracaso del presidente Felipe Calderón del conservador Partido de Acción Nacional (PAN) en su lucha contra el narcotráfico. Desde que asumió en el 2006 y lanzó una ofensiva militar contra los cárteles de la droga, más de 55.000 personas murieron y unas 10.000 están desaparecidas.

El otro factor que ayudó al triunfo de Peña Nieto son los altos índices de pobreza en el país, que alcanza al 46% de la población y que López Obrador no supo o no pudo reducir.Otras encuestas a boca de urna difundidas más temprano por medios locales mostraron que el PRI habría ganado al menos tres gobernaciones: en el occidental estado de Jalisco -actualmente un bastión del PAN-, en el sureño Chiapas, donde gobierna el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), y habría mantenido el poder en Yucatán.
En las tres elecciones para gobernador restantes, el PRD triunfó en Morelos y Tabasco y el PAN retuvo Guanajuato.

La izquierda mantuvo con amplio margen la alcaldía de la Ciudad de México, que gobierna desde 1997, según las encuestas.

Peña Nieto, en alianza con los verdes, prometió durante la campaña un “nuevo rumbo“ para México, con mejores condiciones de vida y una reducción de la violencia del crimen organizado.

Prometió también triplicar el crecimiento de la última década llevándolo a un rango del 5 a 6%, impulsar el crédito productivo, la competencia y la inversión en infraestructura y concretar una reforma fiscal que amplíe la base de recaudación.

En cuanto a la política social, dijo que creará un sistema de seguridad social universal con seguro de salud, desempleo y pensión de vejez, sacar de la pobreza alimentaria a unos 15 millones de mexicanos, generar desarrollo en las zonas violentas y mejorar la infraestructura.
Y en el área de seguridad, propuso mantener el Ejército en los puntos más críticos y crear una gendarmería nacional con militares bajo mando civil, además de incrementar la plantilla de policías federales de 36.000l a 50.000 efectivos, fortalecer las labores de inteligencia y contra el lavado de dinero, e instituir una comisión nacional anticorrupción.
Peña Nieto asumirá la presidencia de la segunda economía latinoamericana el próximo 1 de diciembre. A partir de ese día deberá demostrar que sus promesas de campaña pueden ser realidad.