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El nuevo presidente paraguayo, Federico Franco, recordó ayer a la Argentina y Brasil la dependencia que tienen de las dos centrales hidroeléctricas que comparten con Paraguay, Yacyretá e Itaipú, respectivamente, al ser consultado sobre el rechazo que ha generado su llegada al poder en los dos países vecinos.

En un encuentro con la prensa extranjera, Franco dijo que su intención es tener “buenas relaciones” con las presidentas de ambos países en los 14 meses que quedan para que termine la gestión que hasta el viernes encabezaba el ex obispo Fernando Lugo, con él de vicepresidente.

“Lo que menos quisiera es tener problemas con nadie y menos con dos países poderosos que tiene al Paraguay en el medio”, advirtió. Las declaraciones se producen a dos días de que Brasil, Argentina y Uruguay celebren en Mendoza una cumbre del Mercosur en la que se debatirán posibles sanciones a Paraguay, país excluido temporalmente del bloque.

En el caso de la Argentina, cuya presidenta Cristina Fernández fue la primera en retirar a su embajador de Asunción, Franco indicó que va a tratar de tener con ella “un trato especial”.
“No me va a sacar una sola palabra en contra de ella, voy a hacer todo el esfuerzo para que la señora Cristina entienda que Paraguay tiene con Argentina un compromiso claro con Yacyretá”, la central hidroeléctrica compartida sobre el río Paraná.

Franco recalcó que “gran parte de la iluminación de Buenos Aires se la estamos entregando nosotros desde Yacyretá” y dijo, además, que la mayoría de “los comercios que se hacen en el Paraguay vienen de Argentina”.

En los mismos términos se refirió a Brasil, a cuya presidenta, Dilma Rousseff, le pidió “que consulte con sus compatriotas” que viven en Paraguay, conocidos como brasiguayos su postura respecto a la crisis política. Ese sector, según dijo Franco, le dio su apoyo “por unanimidad”.

El gobernante remarcó asimismo que “gran parte de la energía de San Pablo es abastecida por Itaipú”, por lo que “no hay razón para tener malas relaciones con los brasileños”.
Según datos del Banco Central de Paraguay, Itaipú y Yacyretá representaron en 2011 el 11% del PBI del país. A cambio de una compensación económica en torno a u$s 500 millones, el año pasado Paraguay cedió a Brasil y la Argentina el 92% de la energía que producen ambas represas y que Paraguay no utiliza. Una decisión de interrumpir el envío tendría, por tanto, serios perjuicios económicos para el Estado guaraní.

En medio de la presión regional y pese a que miles de partidarios suyos se sumaron ayer a la “resistencia pacífica” en las calles paraguayas, Lugo confirmó que no irá a la cumbre del Mercosur, como era su idea inicial, y que se quedará recorriendo su país para explicar a sus compatriotas el veloz juicio político que lo destituyó. Resignado, admitió además que “sólo un milagro” lo regresará al poder, porque tiene cerradas las puertas jurídicas y políticas en el país. “Legalmente, no hay una vía para revertir esta situación”, dijo a la agencia Reuters.

Por su parte, la Organización de los Estados Americanos (OEA) resolvió ayer enviar una delegación a Paraguay a fin de constatar ‘in situ’ la situación con el cambio de gobierno, en una decisión adoptada durante una sesión extraordinaria donde prácticamente ningún país reconoció abiertamente a Franco.