Con la llegada de las fiestas, muchas familias comienzan a planificar la mesa navideña y a evaluar precios en un contexto económico ajustado. Sin embargo, para las personas celíacas, el desafío es doble: no solo deben buscar productos aptos, sino que, además, deben enfrentar precios más altos, menor disponibilidad y la necesidad de chequear cada etiqueta antes de comprar.
En Santa Fe, la filial local de la Asociación Celíaca Argentina (ACELA) trabaja desde hace años para visibilizar estas dificultades y acompañar a quienes deben sostener una dieta libre de gluten. En ese marco, Maurin Papi, integrante de la organización, dialogó con LT10 para explicar por qué las fiestas implican un esfuerzo económico y logístico particular para las familias celíacas.
"Los productos para celíacos siempre son más caros que el resto"
Papi comenzó describiendo un problema estructural que encarece la alimentación apta: "Este es un tema que siempre nos ha ocupado porque lo hemos hablado un montón de veces. Los productos para celíacos tienen que salir con logo, y llevan muchos más ingredientes que el resto", afirmó.
Explicó que incluso las harinas requieren una elaboración más costosa: "Una premezcla se hace con una mezcla de tres harinas distintas o de tres féculas, que todas tienen que ser adaptadas. Tenés harina de arroz, harina de maíz, fécula de mandioca, pero siempre es una mezcla", detalló.
A eso se suma la necesidad de incorporar otros insumos: "Después tenés que reemplazar el gluten por algún aglutinante. Entonces necesitás otro producto para que pueda aglutinar", agregó.
Primeras marcas y menos opciones económicas
El integrante de ACELA señaló que el costo no solo está en los productos específicos: "Los productos comunes, como leche, manteca, azúcar o sal, siempre son de primeras marcas los que están certificados o casi siempre. Por lo tanto, siempre son los más caros", explicó.
Por eso, encontrar alternativas accesibles no es sencillo: "Encontrar productos más baratos certificados es más difícil. Todo esto hace que la canasta del celíaco sea más cara que la de una persona que no es celíaca", aseguró.
¿Es más difícil sostener la dieta que antes?
"Un celíaco puede comer sin consumir harinas. Se puede hacer una dieta basada en carnes, frutas y verduras, lo que sería una dieta equilibrada sin gluten y costaría lo mismo que el resto”, señaló.
La dificultad aparece cuando se incorporan productos procesados, especialmente para los más chicos: "Si queremos sumarle galletitas, un alfajor, helados, ahí sí se encarece", reconoció.
Budines, pan dulce y precios navideños que preocupan
Al hablar específicamente de las fiestas, Papi fue claro: "En el supermercado un budín para celíaco cuesta entre cinco mil y siete mil pesos. Y un pan dulce está arriba de los diez mil pesos", indicó.
Esto lleva a muchas familias a replantearse cómo organizar la mesa: "Si uno dice, 'compro para todos o compro solo para el celíaco', se complica", admitió.
Los turrones y confituras representan una excepción: "Las marcas que son aptas lo venden al mismo precio para todo el mundo. Si son caras, son caras para todos", aclaró, aunque recordó que suelen ser marcas de mayor costo.
Disponibilidad: más oferta, pero no siempre la que el consumidor busca
Consultado sobre el abastecimiento para estas fiestas, Papi señaló avances: "Hoy se ha avanzado mucho en temas de producción para celíacos", dijo.
Sin embargo, la variedad sigue siendo un desafío: "No todos son del agrado del consumidor. Uno quiere el que le gusta. Muchos se acuerdan del sabor antiguo y le dicen a uno que 'esto no tiene gusto a pan dulce'", relató.
Por eso, encontrar el producto exacto también implica un esfuerzo adicional: "Suelen ser más caros y es más difícil de encontrar. 'No, yo quiero el pan dulce de tal', y la gente compra ese pan dulce", concluyó.