Eduardo Domínguez cerró el año desde lo más alto. Con la obtención del Trofeo de Campeones ante Platense y la consagración previa en el Torneo Clausura, el entrenador volvió a marcar su huella en el fútbol argentino. Sin embargo, en medio de los festejos, el interrogante sobre su continuidad en Estudiantes quedó abierto y pasó a dominar la escena.
Durante la celebración en Plaza Moreno, el respaldo popular fue contundente. Los hinchas cantaron por su permanencia, pero el propio Domínguez eligió la cautela y dejó un mensaje tan claro como contundente sobre su futuro inmediato.
“Depende de Angeleri”
Consultado por su continuidad, el entrenador fue directo:
“Les agradezco de todo corazón, pero depende de Marcos, no de mí”, lanzó, en referencia a Marcos Angeleri, director deportivo del club y su principal sostén dentro de la estructura dirigencial.
La frase no fue casual. Angeleri es el hombre que impulsó su llegada en abril de 2023, tras la salida de Abel Balbo, y con quien Domínguez construyó una relación de confianza que se fue fortaleciendo con el tiempo. Hoy, es quien tiene el mandato de la comisión directiva para encabezar las negociaciones por la renovación.
Mucho más que un contrato
La continuidad del “Barba” no se reduce a una cuestión económica. En la mesa de discusión aparecen otros factores de peso: política de refuerzos, ventas, planificación deportiva y grado de injerencia en las decisiones. A eso se suma una agenda exigente, con nuevos desafíos por delante que obligan a pensar a mediano plazo.
Domínguez lo dejó entrever en sus declaraciones posteriores, cuando agradeció a todos los estamentos del club y deslizó una frase que encendió expectativas:
“Esperamos ser mejores el año que viene”. Por primera vez, el DT se proyectó públicamente hacia el futuro, algo que semanas atrás parecía lejano.
Un lugar en la historia Pincha
Con las recientes consagraciones, Domínguez alcanzó su quinto título como entrenador de Estudiantes: Copa Argentina 2023, Copa de la Liga 2024, Trofeo de Campeones 2024 y Torneo Clausura, además del reciente Trofeo de Campeones ante Platense. Ese recorrido lo convirtió en el segundo técnico más ganador de la historia del club, solo por detrás de Osvaldo Zubeldía, emblema absoluto con seis títulos y tres Copas Libertadores.
Ese peso histórico explica por qué la definición sobre su futuro se transformó en un tema central para la institución.
La palabra de Verón y el contexto político
El presidente Juan Sebastián Verón también se refirió a la situación y llamó a la reflexión:
“No sé si decir retener, pero nos tenemos que dar el espacio y el tiempo para poder hablar y planificar”, sostuvo.
“Tenemos objetivos nuevos, va a ser más complejo. Queremos construir, tener autocrítica. Ojalá que sea, obviamente, con Eduardo a la cabeza”, agregó.
Aunque Boca apareció como un rumor lejano, desde el entorno del DT lo descartaron. Hoy, todas las miradas apuntan a La Plata y a una negociación que se cocina puertas adentro.
Angeleri, el eje de la negociación
Tras los cambios en el área deportiva y la salida de figuras como Magnabosco, el rol de Angeleri se volvió aún más determinante. La cercanía con Domínguez es evidente y quedó expuesta en cada abrazo durante las coronaciones. Es él quien lidera las charlas, que no se anticipan sencillas, pero sí avanzadas.
La comisión directiva le dio plena potestad para buscar un acuerdo y cerrar una continuidad que el mundo Estudiantes desea.
Final abierto, definición cercana
Con las vacaciones del entrenador en el horizonte y la pretemporada pautada para el 7 de enero, los tiempos empiezan a apurar las decisiones. Si Domínguez sigue, habrá que anunciarlo y planificar refuerzos. Si no, Estudiantes deberá salir de inmediato al mercado de entrenadores.
“Ganar después de ganar no es fácil”, les dijo el DT a sus jugadores antes del Trofeo de Campeones. Esa frase resume también el desafío que viene: sostener un ciclo exitoso y acordar las condiciones para ir por más.
Estudiantes atraviesa un momento bisagra. Y el futuro de Eduardo Domínguez, ídolo reciente y arquitecto de una era dorada, es hoy la clave que ordena todo lo que viene.