En Santa Fe ya empiezan a asumir que Tomás Tagliamonte no seguirá en Unión. La intención existió, pero el escenario terminó jugando en contra. Con la opción de compra vencida, la dirigencia rojiblanca buscó abrir un nuevo canal de diálogo con Racing para intentar sostener al arquero, aunque la respuesta que llegó desde Avellaneda fue contundente: no hay voluntad de negociar.
El punto de quiebre estuvo marcado por el calendario. Unión tenía plazo hasta el 30 de noviembre para ejecutar la cláusula que fijaba 500.000 dólares por el 50% pase del golero. Pero debía hacerlo antes con un adelanto de 100.000 dólares. Como no tenía, se pasó de largo. Esto le terminó cayendo como anillo al dedo a la Academia, que no tiene que salir a buscar otro guardametas.
A partir de allí, Racing decidió contar con Tagliamonte dentro de su proyecto deportivo. En el club lo ven como una alternativa directa a Gabriel Arias, lo que explica la negativa a sentarse nuevamente a hablar. Si bien hoy aparece por detrás de Facundo Cambeses, de rendimiento sobresaliente, ese dato no alcanza para abrir una rendija.
Incluso, en Avellaneda manejan la posibilidad de una futura venta de Cambeses, un escenario que fortalecería aún más la posición de Tagliamonte y terminaría de cerrar cualquier expectativa de Unión. Con este panorama, el pedido de Leonardo Madelón empieza a quedar en el pasado. En el Tate ya entienden que deberán redirigir la búsqueda y avanzar por otro arquero, mientras Racing toma distancia y fija su postura sin vueltas.