La semana en Colón terminó con un sacudón institucional que empieza a acomodar un frente que venía muy cargado. La dirigencia que encabeza José Alonso hizo efectivo el pago de los sueldos atrasados del plantel, un punto crítico que generaba tensión puertas adentro y que era indispensable para mirar hacia adelante.
El dinero salió de aportes personales de los propios directivos, en un contexto donde la caja del club está vacía. Varios futbolistas acumulaban hasta cuatro meses sin percibir sus haberes, situación que amenazaba con frenar cualquier planificación deportiva. Con el pago ya concretado, la CD entiende que dio un paso imprescindible hacia la estabilidad.
La regularización salarial del personal del club había sido el primer llamado de atención. Cumplido ese compromiso, el siguiente objetivo fue saldar las deudas con el plantel, una exigencia interna para que la relación entre dirigentes y jugadores no se siguiera desgastando. La decisión de acelerar los pagos busca mostrar un cambio de gestión.
El cuerpo técnico de Ezequiel Medrán necesitaba que este conflicto quedara atrás para avanzar con definiciones importantes: resoluciones contractuales, acuerdos de salida y la búsqueda de refuerzos. Con la situación salarial encaminada, el DT podrá sentarse a diagramar la estructura del equipo con menos ruido alrededor junto al mánager Diego Colotto.
Mientras tanto, en las oficinas sabaleras ya se trabaja para levantar la inhibición por la deuda con Alberto Espínola. La CD confía en que el trámite quedará resuelto en los próximos días, lo que permitiría acomodar otro aspecto clave antes del inicio del nuevo ciclo.