El golpe ante el Manchester City volvió a exponer la fragilidad del momento que atraviesa el Real Madrid. El 1-2 en el Bernabéu dejó al equipo sumido en una crisis futbolística que no se detiene y aumentó la presión sobre Xabi Alonso, cuya continuidad quedó otra vez en discusión. Aun así, en la cúpula dirigencial se impuso la calma: el técnico seguirá, al menos por ahora, con la idea de que llegue a la Supercopa de España.
La derrota dolió en el club blanco, pero puertas adentro valoraron que el equipo mostró una mejor imagen respecto de partidos anteriores, aunque sin traducirla en juego ni resultados. Ese matiz fue suficiente para evitar una decisión inmediata sobre Alonso y sostener el plan inicial: que el entrenador vasco siga hasta enero.
La continuidad del técnico, sin embargo, quedó atada por completo partido a partido. El Merengue afrontará antes del parate de Navidad tres encuentros considerados decisivos: Alavés, Talavera y Sevilla. Si el equipo responde, Xabi Alonso dirigirá el primer compromiso de 2026 ante Betis y luego viajará a la Supercopa de España. Si vuelve a tropezar, nada está garantizado.
La hoja de ruta que manejan los dirigentes ya estaba definida antes del cruce con el City, pero la crisis deportiva y la falta de resultados aceleraron un clima de incertidumbre que no deja de crecer. Por ahora, Alonso sigue, pero su futuro depende exclusivamente de estos próximos tres capítulos. El margen es mínimo y la presión, máxima.