Colón dio el puntapié inicial en un mercado de pases que promete ser uno de los más intensos de los últimos años. El club ya habría llegado a un acuerdo para sumar a Matías Budiño, arquero de sólida campaña en Estudiantes de Buenos Aires, quien se convertiría en el primer refuerzo confirmado del Sabalero rumbo al 2026.
La dirigencia venía analizando distintos nombres para el arco —entre ellos Darío Sand (San Martín de Tucumán) y Federico Abadía (Gimnasia y Tiro de Salta)—, pero finalmente se inclinó por Budiño, un guardameta de 30 años que atraviesa uno de los mejores momentos de su carrera.
Nacido el 3 de julio de 1995 en San Pedro, con 1,87 metro de estatura, Budiño logró una temporada sobresaliente en Estudiantes. En el 2025 disputó 40 encuentros oficiales, con números que explican por qué Colón se decidió por él: 34 partidos en la Primera Nacional, 22 goles recibidos, 17 vallas invictas y 3060 minutos en cancha.
En el Reducido mantuvo su nivel: jugó cinco partidos, le convirtieron apenas un gol y sumó cuatro arcos en cero. Además fue titular en un encuentro de Copa Argentina.
El arquero tiene contrato vigente con Estudiantes hasta diciembre de 2027, por lo que la operación dependerá de un acuerdo entre clubes. No obstante, desde Santa Fe aseguran que las charlas avanzaron con fluidez y que el arribo del futbolista está prácticamente cerrado.
La llegada de Budiño responde a una planificación clara: Colón sólo buscará un arquero en este mercado, respaldando el crecimiento de Tomás Paredes, quien quedaría como alternativa directa. A la vez, la institución intentará resolver la salida de Tomás Giménez, cuyo vínculo se extiende hasta fines de 2026.
Este movimiento marca el inicio de una profunda reestructuración. El club apunta a incorporar alrededor de 15 jugadores, una señal de la magnitud de la refundación que encarará el plantel tras un año complejo. Con Budiño, Colón empieza a delinear su nueva columna vertebral, en un mercado que recién comienza pero ya muestra que el Sabalero está decidido a pisar fuerte.