Salud - Salud y descanso

Miércoles 10 de Diciembre de 2025 - 12:05 hs

Dormir poco aumenta el riesgo de muerte prematura

Los expertos recomiendan dormir al menos siete horas por noche para reducir riesgos y proteger la salud cardiovascular, metabólica y cognitiva.

Dormir poco no solo afecta el rendimiento diario: también podría acortar la vida. Un estudio nacional publicado en la revista SLEEP Advances mostró que descansar menos de siete horas por noche es uno de los factores que más reducen la esperanza de vida en Estados Unidos, solo superado por la adicción al cigarrillo. La investigación, encabezada por Andrew McHill, profesor asociado de la Oregon Health & Science University (OHSU), analizó datos de los más de 3.000 condados del país entre 2019 y 2025 y encontró una correlación sostenida entre el sueño insuficiente y una mayor mortalidad, incluso al considerar otros hábitos como dieta, ejercicio o soledad.

Los investigadores subrayaron que la magnitud de la relación fue más fuerte de lo esperado. “No esperaba que estuviera tan fuertemente correlacionado con la esperanza de vida”, reconoció McHill. El trabajo, que vinculó encuestas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) con las cifras de longevidad, determinó que dormir menos de siete horas es el segundo predictor conductual más potente de muerte prematura, por encima de la inactividad física y la diabetes. Según la American Academy of Sleep Medicine y la Sleep Research Society, el mínimo recomendado es de siete a nueve horas diarias.

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Los especialistas destacan que el sueño es un pilar biológico esencial que impacta en la salud cardiovascular, el sistema inmune, el metabolismo y la función cerebral. El cardiólogo Daniel López Rosetti lo resume así: “Dormir no es un lujo, sino una necesidad biológica imprescindible para el bienestar físico, psicológico y emocional”. En la misma línea, el doctor Daniel Pérez Chada, presidente de la Fundación Argentina del Sueño, advierte que la falta de descanso puede agravar enfermedades preexistentes y afectar la concentración, la memoria y la energía diaria.

El deterioro del sueño también crece en Argentina. Un relevamiento del Observatorio de Psicología Social de la UBA indicó que el 60% de la población presenta dificultades para dormir, una tendencia que se profundizó después de la pandemia. La Asociación Estadounidense del Corazón (AHA) ya incorporó la calidad del sueño entre sus “Life’s Essential 8”, junto a la alimentación equilibrada, la actividad física, el control del colesterol y la presión arterial. La entidad subraya que no sólo importa la cantidad de horas, sino también la continuidad, regularidad y satisfacción con el descanso.

La evidencia científica avanza en la misma dirección. Investigaciones recientes demostraron que durante la privación del sueño el cerebro entra en un estado catabólico que afecta la memoria a largo plazo y podría aumentar el riesgo de deterioro cognitivo. Frente a este panorama, los especialistas insisten en crear rutinas de relajación nocturna, mantener horarios regulares y consultar a un profesional si aparecen dificultades para conciliar o sostener el sueño. Dedicar tiempo al descanso, concluyen, no solo mejora el bienestar inmediato: también puede prolongar la vida

Fuente: LT10 - INFOBAE