La llegada de Diego Colotto como mánager marcó un quiebre inmediato en el día a día de Colón. Sin esperar diagnósticos ni períodos de observación, desembarcó con una hoja de ruta clara y comenzó a ejecutarla, ya que el plantel profesional tendrá una reestructuración profunda y varios históricos ya fueron notificados.
En su primera jornada de trabajo, Colotto se reunió con los referentes y les comunicó que no entran en los planes del próximo ciclo. La determinación, firme y sin rodeos, fue el primer gesto de la nueva conducción deportiva, que busca renovar energías después de un año desgastante.
Los jugadores que recibieron el aviso fueron Luis Rodríguez, Emmanuel Gigliotti, Christian Bernardi, Guillermo Ortiz, Gonzalo Bettini, Nicolás Fernández, Gonzalo Soto y Oscar Garrido. La mayoría tiene contrato hasta el 31 de diciembre, lo cual facilitará la salida. Pero hay situaciones puntuales —con vínculos extendidos hasta 2026— que requerirán rescisión, un trámite que se activará cuando la dirigencia termine de actualizar los pagos.

En paralelo, Colotto mantuvo charlas con Ezequiel Medrán, quien venía delineando posibles pasos a seguir y que ahora encuentra un marco de apoyo institucional más sólido para avanzar con su idea. Entre los casos más sensibles aparece el de Pulga Rodríguez, quien pese a su deseo de continuar y sumar minutos, recibió la misma noticia que el resto. Hubo conversaciones y una intención del delantero por revertir el escenario, pero el club mantiene la postura.
La primera semana de Colotto dejó en claro que el Sabalero inició un proceso de renovación profunda. Las decisiones fueron tajantes, acompañadas por gestiones inmediatas y una señal directa al mundo Colón: empieza una etapa que busca ordenar, cortar inercias y construir un proyecto con nuevos nombres y otra dinámica. En Santa Fe ya se siente el cambio de aire.