Mientras el plantel de Unión disfruta del receso, en las oficinas del club la calma no existe. La dirigencia y Leonardo Madelón trabajan en el armado del equipo para 2026 y un problema empieza a tomar forma: el arco está quedando vacío.
La primera alarma llegó desde Tucumán. Atlético confirmó que ejecutará la repesca de Tomás Durso. No sumó ni un minuto. A eso se sumó otro movimiento: Racing ya le comunicó a Matías Tagliamonte que lo considera. En Unión quieren retenerlo, pero está complicado el deseo.
El panorama se agrava con dos bajas que parecen inevitables: Lucas Meuli tendría decidido continuar su carrera en el exterior y Froilán Díaz transita el mismo camino. Con ese escenario, hoy por hoy, Federico Gomes Gerth aparece como la única certeza real en la nómina. Resta saber qué ocurrirá con Lucas Chávez, otro apellido que todavía no tiene destino firme.
No es una situación nueva para Unión: históricamente reconocido por formar arqueros, pocas veces logró que uno se afiance o tenga chances en Primera. El 2026 asoma igual.
Con un torneo exigente por delante y un Madelón que necesita estabilidad desde el fondo, la búsqueda de un arquero ya se transformó en prioridad absoluta. El reloj corre, y Unión debe resolver uno de los capítulos más sensibles de su próximo armado: quién será el dueño del arco.