En Unión el silencio dura poco. Cada fin de año trae sus propios temblores y 2025 no será la excepción. La dirigencia está a horas de hacer la convocatoria oficial a la Asamblea para poner sobre la mesa la Memoria y Balance del último ejercicio, un paso formal que no puede seguir esperando y que, puertas adentro, ya se sabe que llega con arena caliente.
La fecha original —28 de noviembre— quedó atrás sin que el club consiguiera cerrar todos los números. Nada casual para un ejercicio económico que llega con signos rojos y explicaciones largas. Por eso la decisión de mover la cita hacia la segunda mitad de diciembre, donde ahora sí el estatuto apura los tiempos y la publicación es inevitable.
En la reunión preliminar entre oficialismo y oposición se abrió la caja: el Balance marcaría extraoficialmente un déficit cercano a los 3 millones de dólares. Los protagonistas ya saben que los socios van a preguntar mucho.
La raíz del tema habría que buscarla en los primeros seis meses del período: varias compras, una sola venta, y un mercado que no perdonó la disparidad. Así se gestó un agujero que hoy condiciona y que convertirá la Asamblea en un escenario de miradas cruzadas y respuestas obligadas.