Colón atraviesa días decisivos en el inicio de una nueva etapa institucional. Este miércoles por la tarde, José Alonso firmó oficialmente su traspaso como presidente, pero incluso antes de asumir ya venía trabajando en las dos urgencias que hoy condicionan al club: levantar la inhibición y pagar los salarios atrasados del plantel.
La meta está puesta en un plazo de, a más tardar, la semana entrante. La dirigencia considera que resolver estas cuestiones es indispensable para luego meterse de lleno en el armado del próximo equipo, un proceso que ya empezó a circular con la clásica danza de nombres. Sin embargo, cualquier avance dependerá de un punto clave: la llegada de aportes externos.
El propio Alonso lo reconoció tras su oficialización, que Colón no cuenta con recursos propios suficientes, por lo que necesita “una inyección desde afuera” para afrontar los compromisos urgentes. El más apremiante es el pago de cerca de 400.000 dólares al paraguayo Alberto Espínola. El flamante presidente remarcó que deberá “de contado”.
A esto se suma el dinero necesario para saldar los sueldos del plantel, que superaría los 200.000 dólares Se trata de un esfuerzo económico inicial significativo, pero fundamental para otorgar estabilidad antes de negociar rescisiones e incorporaciones.
La semana próxima será determinante, porque también está prevista la llegada de Diego Colotto, para asumir como mánager. Su presencia será clave para ordenar la planificación futbolística y delinear el Colón que viene. El nuevo ciclo arranca con urgencias, objetivos inmediatos y un plan concreto: sanear la situación económica ya mismo para poder empezar a construir el próximo equipo en medio de una profunda crisis.