El futuro de Diego Díaz volvió a transformarse en un rompecabezas para Unión, justo cuando el plantel se prepara para el receso y la dirigencia debería empezar a definir nombres. El delantero estaba bajo una doble opción de compra: la primera se dejó pasar en junio y la segunda —de 180.000 dólares por el 80% — sigue intacta, aunque sin señales de activación.
Lo curioso es que, mientras en Santa Fe todo se mueve en cámara lenta, afuera empiezan a tocar la puerta. Intereses desde Chile y también consultas desde clubes del ascenso lo ponen en la vidriera justo cuando Unión aún no comunica si avanzará o no. En este contexto, surgió una idea que no desagrada: adquirir el pase para luego cederlo a préstamo, con la intención de que sume continuidad en otro lado.
Pero ese plan tiene una variable clave: Leonardo Madelón. El DT había sido contundente a mitad de año, cuando pidió que el jugador se quedara. Hoy, con un nuevo mercado por delante, su postura puede pesar mucho en la decisión final.
Así, Unión atraviesa días de dudas y silencios. No hay resolución, pero sí un escenario que se complica: un delantero que puede irse, un costo asumible pero pendiente, pretendientes atentos y un entrenador cuyo deseo todavía no se conoce.