El plantel profesional de Colón acumuló este jueves su cuarto día consecutivo sin entrenar, en una situación que ya dejó de ser una señal de alerta para transformarse en un conflicto abierto. Los jugadores volvieron a presentarse en el Predio 4 de Junio, pero nuevamente decidieron no iniciar las actividades, en rechazo al incumplimiento del pago del salario correspondiente al mes de agosto.
La medida, que comenzó el lunes como un llamado de atención, se consolidó y hoy refleja una postura firme: no habrá inicio de pretemporada mientras no se cobre lo acordado. El cuerpo técnico, liderado por Ezequiel Medrán, observa desde la distancia cómo la planificación deportiva se estanca sin solución a la vista.
Una espera que desgasta
La dirigencia encabezada por Víctor Godano había comunicado el compromiso de efectuar el pago “en breve”, pero la promesa no fue acompañada de hechos. Jugadores claves, entre los que se destacan Christian Bernardi y Emmanuel Gigliotti, llevaron el reclamo directamente al presidente, aunque la respuesta no cumplió con las expectativas.
A la deuda de agosto se suman los meses de septiembre y octubre impagos, y en cuestión de días noviembre también formará parte del saldo pendiente. El conflicto no sólo involucra sueldos, sino, principalmente, acuerdos por derechos de imagen, que representan el mayor porcentaje de los ingresos pactados por los futbolistas.
La vía legal, cada vez más cercana
Ante la falta de soluciones concretas, el grupo analiza activar herramientas legales para formalizar el reclamo. Las intimaciones judiciales aparecen como próximo paso si no hay liquidaciones inmediatas.
El desembolso de agosto recaería sobre la actual comisión, mientras que el resto del pasivo deberá ser absorbido por la próxima conducción, que asumirá el 1 de diciembre. Una transición que, lejos de dar previsibilidad, está congelando decisiones y compromete directamente el arranque del nuevo ciclo.
Un club sin reacción en un momento crítico
Lo que debía marcar la puesta en marcha de un nuevo proceso deportivo se convirtió en una postal de crisis. Sin respuestas, sin planificación y con un plantel que solo exige lo adeudado, Colón transita horas decisivas, con el reloj en contra y la temporada a la vuelta de la esquina. El mensaje del vestuario es claro: hasta que no aparezca el pago, no habrá pelota que ruede en el predio.