Polideportivo - Rugby

Miércoles 26 de Noviembre de 2025 - 17:25 hs

Una ventana que deja entrever un futuro promisorio para los Pumas

En noviembre, el seleccionado argentino dio un paso más en su evolución de cara a Australia 2027, aunque evidenció que todavía debe corregir algunos aspectos esenciales del juego. Sudáfrica cada vez se muestra más firme como el equipo a vencer.

Sólo cinco metros distanciaron a los Pumas de un cierre de año perfecto por primera vez en su historia. La derrota final con Inglaterra en ese final que se quedó a nada de ser épico es una buena muestra gratis de lo que fue esta ventana de noviembre para el seleccionado argentino: un equipo que tiene todos los condimentos para pelearle a los mejores, pero que al mismo tiempo carece, todavía, de la consistencia necesaria en algunos aspectos cruciales del juego como para hacerse un lugar entre los mejores.

La ventana de noviembre, a la que todavía le queda un capítulo (Gales vs. Sudáfrica, este sábado), redefinió levemente el mapa de poder del rugby mundial. Consolidó a algunos, debilitó a otros y confirmó la posición del resto. Los Pumas pueden ubicarse en este lote. Llegaron con el rótulo de “amenaza” de los grandes, y así despidieron el año. Cumplieron con su premisa de “evolucionar”. Más allá de la inconsistencia que persiste, crecieron como equipo.

Sudáfrica volvió a dar muestras de que está un paso por encima del resto. O dos. Hoy por hoy, parece invencible. Tiene dos packs de forwards capaces de dictar el ritmo del partido, tiene al mejor apertura del momento, tiene jugadores experimentados, tiene recambio. Tiene un estilo definido, que ejecuta a la perfección y que maximiza las oportunidades que ofrece el reglamento.

A juzgar por los resultados de esta ventana, el equipo que los sigue detrás es Inglaterra. Finalizó invicto, con cuatro victorias en cuatro partidos (Australia, Fiji, Nueva Zelanda y Argentina) y evolucionó respecto a lo que había mostrado en el Seis Naciones y en julio. Un equipo sin demasiadas luces, pero que muy estructurado y eficiente. Borthwick les dio confianza y encontró variantes en puestos que no estaban del todo consolidados. Al mismo tiempo, su paquete de recursos, aunque sólido, es limitado, y cuando los Pumas los presionaron demostraron que son vulnerables.

Francia sólo perdió con Sudáfrica y también evidenció tener un plantel amplio, con variantes y un juego expansivo, acaso el ataque más peligroso del planeta ovalado. Está a la altura de Inglaterra. La definición del Seis Naciones en el Stade de France próximo 14 de marzo promete ser atrapante.

Nueva Zelanda, en cambio, retrocedió otro escalón. Sufrió hasta el final para vencer a Escocia y la derrota en Twickenham terminó signando, por segundo año consecutivo, una temporada con más signos de interrogación que certezas. Tiene jugadores de elite, pero le falta calidad en algunos puestos clave y el recambio no aparece.

Irlanda, que perdió con All Blacks y Springboks, también atraviesa una transición, pero su caso es diferente al de Escocia, que más que una transición parece haber entrado en una curva decreciente y esta grandiosa generación de jugadores no tiene el mismo recambio que los irlandeses.

Los Pumas siguen ahí. Insinuando más de lo que concretan, pero dando pasos firmes en la dirección correcta. La victoria ante Escocia fue épica, con cinco tries en 22 minutos. Estuvieron cerca de una hazaña similar en Twickenham. El gran mérito es jugar hasta el final con la misma intensidad y sin perder jamás el hambre de victoria. La deuda pendiente no es tanto el mal comienzo de los partidos sino la falta de consistencia en aspectos básicos del juego: especialmente la obtención (el line-out retrocedió de manera alarmante y el scrum no termina de consolidarse), pero también la utilización del pie y la capacidad de definición en los últimos metros, aspectos que son clave para cualquier equipo que se precie de ser una potencia.

Al margen de estas cuestiones técnicas que son corregibles con entrenamiento, lo más destacable es que los Pumas sumaron un segundo año en el que se le plantaron de igual a igual a cualquier equipo. Los lapsus de desconcierto persisten, como ocurrió en La Plata, en Córdoba o en Durban, pero son cada vez más esporádicos. Ante Inglaterra, por ejemplo, sólo cometieron ocho penales (tres seguidos al promediar el segundo tiempo que costaron la derrota)-

Se viene un año particular, con el estreno de la Nations League, sin Rugby Championship y, en consecuencia, menos partidos. Esto le da la posibilidad a Felipe Contepomi de gestionar mejor los descansos y no llegar tan débil a julio. Conseguido el objetivo de terminar entre los primeros 6 (otro gran logro de esta ventana) y ampliado el plantel en casi todas las posiciones, Contepomi tiene el desafío para 2026 de consolidar ese grupo de jugadores emergentes y seguir ajustando esos aspectos del juego que son deficitarios y los alejan del lote de los de arriba. A dos años de Australia 2027, el futuro luce promisorio.

Fuente: Alejo Miranda / A Pleno Rugby