La cuenta regresiva hacia las elecciones en Colón avanza y el club todavía no logró despejar uno de los mayores condicionantes del próximo mercado de pases. A menos de una semana de los comicios —programados para el 30 de noviembre— la inhibición impuesta por FIFA por la deuda con Alberto Espínola continúa activa y amenaza con marcar el arranque de la futura gestión.
El reclamo del lateral paraguayo asciende a cerca de 400.000 dólares y mantiene en vilo a la institución, que no dispone actualmente de fondos suficientes para afrontar el pago. Lo más preocupante es que desde el entorno del jugador mantienen una postura inflexible: no aceptarían propuestas de financiación ni planes de pago, lo que reduce al mínimo las alternativas de negociación.

A esto se suma que la dirigencia saliente había solicitado un crédito bancario como vía para destrabar la situación, aunque hasta el momento no obtuvo respuesta. La demora complica el panorama y lleva a que la inhibición, salvo un giro inesperado, acompañe al Sabalero hasta las urnas.
En medio de este escenario, los cinco candidatos a presidente —José Alonso, Ricardo Magdalena, Ricardo Luciani, Gustavo Abraham y Carlos Trod— expresaron públicamente que levantar la sanción será una prioridad inmediata en caso de asumir. Cada uno expuso su estrategia, aunque todos reconocen que se enfrentarán a un contexto financiero adverso.
En paralelo, Colón aguarda ingresos por aproximadamente 800.000 dólares, pero ninguno llegará de forma inmediata. Platense aún no definió cuándo cancelará lo adeudado por el pase de Leonel Picco, y la próxima cuota por Alan Forneris, proveniente de Racing, recién está programada para diciembre.
Sin recursos líquidos y con la urgencia deportiva ya instalada, el nuevo presidente deberá resolver un conflicto que trasciende lo económico: sin levantar la inhibición, Colón no podrá incorporar jugadores para rearmar su plantel en la Primera Nacional. El desafío está marcado y el tiempo apremia. La elección no solo definirá un nombre, sino también quién enfrentará un problema cuya solución no admite demoras.