Cuando faltan menos de dos semanas para que los socios elijan nuevas autoridades, Colón vuelve a quedar envuelto en un conflicto institucional y económico de alto impacto. La empresa Kelme, que vistió al club entre 2019 y 2023, emitió una intimación formal reclamando una deuda superior a los $200 millones, según publicó Doble Amarilla. El reclamo toma ahora carácter legal y llega en un momento crítico, en plena transición política.
Un conflicto histórico que toma dimensión judicial
La carta documento enviada por MCN Group SRL, representante de Kelme en Argentina, detalla que gran parte de la deuda corresponde a más de 7.000 prendas solicitadas por el club fuera de lo convenido en el contrato, las cuales nunca fueron abonadas.
El CEO de la marca, Eduardo Hiriart, explicó que esta situación se originó tras la obtención de la Copa de la Liga 2021, cuando Colón incrementó sus pedidos de indumentaria sin asumir los costos correspondientes. Según su testimonio, en 2022 se sumaron nuevas solicitudes bajo “presión”, agravando la situación.
Pero el reclamo no solo es económico. Hiriart fue contundente: parte de esa indumentaria habría sido vendida fuera de los canales oficiales, infringiendo los términos contractuales y generando pérdidas para la marca. Incluso deslizó que esa operatoria estaría vinculada a sectores de la barra brava.
Antecedentes que profundizan la sospecha
El propio ejecutivo recordó hechos que marcaron el deterioro del vínculo:En allanamientos vinculados a episodios violentos contra jugadores, se encontraron prendas oficiales en domicilios ligados a barras. La tienda oficial de Kelme en Santa Fe fue atacada a balazos en dos ocasiones, en medio del conflicto con sectores radicalizados.Según Hiriart: “Las prendas que no se pagaron se vendieron en el mercado negro. Eso está claro”.
48 horas para responder o avanzar en la Justicia
La intimación obliga a Colón a dar una respuesta en un plazo máximo de 48 horas, con advertencia de iniciar acciones judiciales en caso de no hacerlo. La cifra reclamada podría aumentar aún más por actualización contractual, en un contexto de inflación acelerada.
Un golpe institucional en plena campaña
Con cinco listas participando de las elecciones del 30 de noviembre, el conflicto irrumpe como un nuevo factor de tensión para los candidatos, que deberán afrontar no solo el desequilibrio financiero sino también posibles consecuencias judiciales.
Este episodio se suma a otras situaciones que evidencian el deterioro institucional del club, marcado por problemas de gestión, tensiones internas y un patrimonio económico debilitado. Desde Kelme sostienen que el problema “nunca fue detenido a tiempo”.