Unión atraviesa una semana especial. La clasificación a los octavos de final del Torneo Clausura ya es un hecho, pero el cierre de la fase ante Belgrano en el Gigante de Alberdi le plantea a Leonardo Madelón un desafío que excede lo futbolístico: decidir hasta dónde arriesgar y qué priorizar en este momento de la competencia.
El empate ante Barracas Central y los resultados del domingo confirmaron el pase del Tatengue a la siguiente instancia, algo histórico, ya que será la primera vez que el club juegue los playoffs bajo este formato. Pero la alegría trajo consigo un dilema inevitable: ¿conviene mantener la base titular para intentar terminar bien posicionado o preservar a los futbolistas más exigidos de cara a los cruces decisivos?
El técnico sabe que no podrá contar con Lautaro Vargas, suspendido por acumulación de amarillas, aunque esa sanción le permitirá llegar “limpio” a los octavos. En su lugar, la pulseada parece estar entre Emiliano Álvarez, si el plan es sostener la propuesta ofensiva, o Nicolás Paz, si el objetivo pasa por reforzar la contención ante un rival que se hace fuerte en su casa.
A ese escenario se suman las dudas físicas de tres piezas clave: Cristian Tarragona (golpeado ante Newell’s), Marcelo Estigarribia (molestias en la rodilla) y Mauricio Martínez, a quien no se lo vio en su mejor versión en los últimos compromisos. Madelón deberá evaluar si darles descanso o exigirlos en busca de un cierre sólido en la tabla de la Zona A, lo que podría permitirle al Tatengue iniciar la próxima serie como local en el 15 de Abril.
Otra variante posible sería el ingreso de Franco Fragapane por Nicolás Palavecino, de flojo rendimiento en los últimos dos encuentros. El DT analiza ajustar detalles en la mitad de la cancha y ganar mayor peso ofensivo ante un Belgrano que todavía no tiene asegurado su pase y podría jugarse la clasificación ante Unión.
El cuerpo técnico valora el tiempo de preparación: el Tate jugó el sábado, mientras que el Pirata recién completará su fecha este lunes ante Argentinos Juniors. Esa diferencia de descanso y planificación podría influir en las decisiones que tome Madelón durante la semana en Casasol.
En definitiva, el entrenador enfrenta un equilibrio delicado entre la ambición y la prudencia. Unión ya logró el primer objetivo, pero todavía debe definir cómo quiere llegar al próximo desafío. Con el boleto en mano, el próximo paso será encontrar el punto justo entre cuidar y competir, sin perder la identidad que lo llevó hasta esta instancia.