Colón atraviesa un escenario complicado en lo financiero, que se refleja también en lo deportivo. Las negociaciones para rescindir algunos contratos siguen frenadas, mientras que otros clubes de la Primera Nacional, con realidades económicas similares, consiguieron avanzar en ese aspecto.
En las últimas horas, instituciones como Almagro —que también no volverá a competir hasta febrero— confirmaron la desvinculación de 10 jugadores. Quilmes, por su parte, oficializó la salida de cuatro futbolistas y días antes había anunciado otras seis.
El parate hasta la próxima temporada golpea fuerte a los clubes que no lograron ingresar al Reducido: sin competencia, con menos ingresos y con la masa societaria desmotivada, las dirigencias se ven obligadas a reducir gastos para sostener la economía.
En ese contexto, los hinchas sabaleros no dejan de preguntarse por qué Colón, que atraviesa las mismas dificultades, no puede seguir el mismo camino. Solo se fueron dos: Joel Soñora y José Barreto. Las charlas por las rescisiones siguen sin avances concretos y el club continúa arrastrando compromisos salariales, en medio de un panorama que preocupa cada vez más en el barrio Centenario.